La crisis climática está afectando en muchos ámbitos al planeta Tierra. Los polos se derriten, los mares se calientan y las emisiones de gases a la capa de ozono no parecen disminuir de manera significativa.
Los humanos solemos preocuparnos más por la vida terrestre, ya que es la que realizamos. Sin embargo, la vida acuática también está sufriendo en gran medida con el cambio climático. La preocupación por los mares y océanos es una realidad, puesto que de ellos nació toda la vida terrestre y gracias a ellos se continúa desarrollando. Suponen 70% de nuestro planeta y están en igual, o incluso mayor, medida en peligro por los cambios ambientales que estamos sufriendo.
El impacto de la navegación
A raíz de la industrialización en el siglo XX, los navíos a vapor inundaron los mares, iniciando así el proceso de contaminación de los océanos. Más tarde llegó el petróleo, un recurso muy valorado por los humanos que seguramente no sea tan valorado por las especies marinas.
Los barcos que funcionan gracias a estos combustibles fósiles contribuyen en un 3% al cambio climático y la acidificación de los mares. Además de contaminar por su simple uso como combustible, si se produce un derrame, se producen consecuencias catastróficas. Cada vez que se produce un desastre petrolero, hay que retirarlo lo antes posible por el gran peligro que supone. Una capa de petróleo que no se retira con rapidez puede durar meses en el mar, impidiendo la entrada de la luz al mar y acabando así con las plantas y animales de la zona.
Los cambios en la geografía
El calentamiento global sin duda alguna está cambiando la geografía del planeta. Al derretirse los polos con el aumento de temperatura global, el nivel del mar está subiendo a pasos relativamente agigantados. Desde 1880, el nivel del mar ha aumentado 20 centímetros y para el 2100, se espera que aumente entre 30 y 122 centímetros más. Esta subida empezaría a inundar hasta tragarse algunas ciudades costeras alrededor del mundo.
Una de las ciudades que podría inundarse a corto plazo es Río de Janeiro. Para 2030, aproximadamente 2 kilómetros de la ciudad podrían estar bajo el agua.
Por otra parte, la contaminación de los mares está modificando también la topografía. Existen en los océanos grandes masas de basura concentrada que se han bautizado como islas de basura. La más grande de ellas, situada en el Pacífico, se ha bautizado como “La Gran Mancha de basura”, mide 1,6 millones de km² y contiene unas 80.000 toneladas de plástico que no para de crecer.
El deterioro de los ecosistemas marinos
Las consecuencias del cambio climático no solo afectan a nuestro entorno, son destructivas para los ecosistemas marinos. Estos se ven alterados por la actividad humana y por la naturaleza en sí misma, pero un agente que ha cobrado especial importancia en su deterioro es el calentamiento global.
El cambio climático junto a la actividad humana están dañando seriamente la vida marina. Hay decenas de especies en peligro de extinción por la sobrepesca, como el tiburón o el atún rojo, y muchas otras en peligro por el cambio de temperatura, como los corales.
Por ejemplificar la problemática, más del 50% de las especies de tiburones están en peligro de extinción, y de ellas hay tres que resultan especialmente amenazadas: el tiburón oceánico de punta blanca, el tiburón martillo común y el tiburón martillo gigante.
Otra especie en serio peligro es el coral. El blanqueamiento o muerte del coral se está extendiendo rápidamente por la Gran Barrera de Coral, hogar de aproximadamente el 25% de la vida marina.
Los polos se derriten
Tal como hemos explicado en apartados anteriores, los polos se están derritiendo. La destrucción de la capa de ozono ha provocado que incidan con mayor fuerza los rayos solares y esto ha desencadenado un aumento de temperatura en todo el planeta. Los gases que se acumulan en la atmosfera retienen los rayos solares dentro del planeta en vez de dejar que reboten y salgan.
El deshielo de los polos del ártico y el antártico está teniendo graves consecuencias para los seres vivos que viven en esas zonas y además, están aumentando el nivel del mar. La destrucción de los polos es uno de los puntos clave que explican el cambio climático. Sin su existencia aumenta aún más la temperatura, porque los glaciares se derriten. Con ello aumenta el nivel del mar, poniendo en peligro las zonas costeras y además se atrofian los ecosistemas polares y marinos.
Las consecuencias del cambio climático son sufridas por todos los habitantes de la Tierra, personas, plantas y animales (terrestres y marinos). Los expertos llevan años avisando de la tragedia que se avecina si no se detienen las emisiones que aceleran el cambio.
Es por ello que, a continuación, traemos un juego para empatizar con la causa y resaltar la importancia de cuidar nuestros mares.