Dos sesiones sobre ‘Participación ciudadana y redes sociales’ y ‘Funnyversity, investigación e innovación educativa’ conformaron, este jueves 2 de julio, la última jornada de trabajo de la Doctoral Summer School 2020, organizada por el departamento de Periodismo y Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Introducidas y moderadas por los profesores de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UAB, Núria Simelio y Ricardo Carniel, intervinieron como ponentes de la primera sesión Lola Bañón Castellón, Periodista en la sección de internacional de Canal Nou-Televisión Valenciana, especializada en la cobertura de Oriente Próximo, profesora de periodismo en la Facultad de Filología y Comunicación de la Universidad de Valencia y autora del libro “Palestinos”, y Vanessa Rodríguez Breijo, vicedecana de Calidad de la Facultad de Ciencias Políticas, Sociales y de la Comunicación de la Universidad de La Laguna, profesora en los grados de Periodismo Publicidad y Relaciones Públicas y Comunicación Audiovisual de esa universidad, y del máster de Marketing y Comunicación Corporativa, de la Universidad San Jorge (Zaragoza).
Núria Simelio inició la sesión felicitándose por la elevada participación de esta Doctoral Summer School 2020, la primera que se celebra de forma virtual por las especiales circunstancias que ha supuesto la pandemia de la Covid-19, y dio paso a la ponente Lola Bañón, que habló de ‘Televisión y redes sociales”. Afirmó que la ciudadanía ha conseguido una posibilidad de presencia que incluso ha servido para canalizar movimientos de protesta y se preguntó como puede el periodismo puede ser útil a la ciudadanía en esta nueva situación. Explicó que las televisiones generalistas han bajado de audiencia en los últimos tiempos pero que la crisis de la pandemia ha comportado una recuperación de la televisión como elemento informativo, al mismo tiempo que ha potenciado el uso de los sistemas digitales. El 54,6% de los españoles eligen la televisión como primer canal informativo cuando buscan veracidad y credibilidad. En los jóvenes ese liderazgo es compartido con los medios digitales y el papel. El 65% de los españoles conceden fiabilidad y solo un 12% lo hacen en los medios digitales, según los datos que aportó Lola Bañón. Puso a la cadena Al Jazeera como ejemplo de acierto al conseguir llevar usuarios de las redes sociales hacia la televisión. Desde su punto de vista, las redes más que hacer competencia a los medios de comunicación lo que hacen es forzarles a cambiar de forma de presentarse a los ciudadanos. Resaltó que solo el 20% de lo que contienen los medios de comunicación es periodismo y en eso no se apartan tanto de las redes sociales. Afirmó que las redes sociales se basan en buena parte en comportamientos tribales y se constituyen en atalayas de control social y planteó la necesidad de equilibrar la relación entre la necesidad de información y el tiempo de que disponemos para informaros en nuestro quehacer diario.
Apuntó a un error de los medios de comunicación al entender su audiencia como una masa uniforme cuando está cada vez más compartimentada. Constató el descenso que está sufriendo facebook mientras sube instagram y planteó la necesidad de que sean los tribunales y no las empresas quienes decidan qué es legal y qué no. Por otro lado, reclamó que el periodismo debe suministrar no lo que el ciudadano quiere sino lo que cree que debe saber. Terminó con una pincelada de optimismo sobre el futuro de un periodismo autocrítico, humilde, que no se obsesione con las primicias, respetuoso con la ciudadanía y que verifique sus informaciones.
Redes sociales, nihilismo, desahogo y educación
En su ponencia, Vanessa Rodríguez Breijo se preguntó si los ciudadanos están aprovechando las virtudes de las redes sociales para generar alternativas a los medios de comunicación. Ha dedicado siete años a investigar twitter y youtube. En twitter ha estudiado la participación a través de twitter de los espectadores en los programas de opinión durante un año. Y en youtube ha analizado los veinte videos más vistos diariamente. En twitter detectó que más del 80% de los mensajes eran opiniones, aunque la gran mayoría estaban poco justificadas. Esas opiniones estaban en desacuerdo en un 75% con las ideas predominantes en el debate que se analizaba. Solo en un 7% de los casos se ofrecía una propuesta de mejora. Un 20% de los mensajes contenían violencia verbal. Vanessa Rodríguez detectó, asimismo, un cierto nihilismo social y la falta de interacción entre los mensajes de los espectadores, salvo un 27% de retuits.
En la investigación de youtube, realizada en 2018, detectó que el 7% de los videos más vistos tenían información política y se repitió la falta de interacción que encontró en el estudio sobre twitter. Solo un 20% eran videos creados por los propios autores. El mayor esfuerzo en crear contenidos originales y de calidad lo realizaron youtubers, que tienen muy poca inclinación a realizar videos con contenido político. Hay un bajo porcentaje de compromiso en esos videos políticos y a menudo caen en el infoentretenimiento, con un enfoque excesivo en los asuntos personales de los políticos (un 46% del total). Una cuarta parte de los videos de youtube que trataban cuestiones relacionadas con la monarquía estaban dedicados a asuntos personales de miembros de la casa real. Echó en falta la imparcialidad de esos vídeos y la inexistencia o ausencia de mención de fuentes y lamentó el gran número de insultos y la inclinación por temas triviales que incluyen. Concluyó que las redes sociales analizadas facilitan el desahogo de sus usuarios pero a menudo les convierte en autistas, nada predispuestos a la acción, y propuso que la educación sobre el uso de las redes empiece desde las edades más tempranas.
El profesor Ricardo Carniel resumió las intervenciones de las dos ponentes y destacó que la puerta abierta de las redes sociales a las opiniones de los usuarios ha puesto en cuestión la calidad y el valor informativo de sus aportaciones. En el intercambio de preguntas y opiniones posterior a la intervención de las ponentes aparecieron cuestiones planteadas desde España, Colombia o Perú, como el análisis de género y el pensamiento crítico en las aportaciones en las redes sociales, la necesidad de distinguir entre participación ciudadana y participación política, el riesgo de desinformación que comporta el mal uso de las redes sociales y las numerosas coincidencias entre la actitud de los ciudadanos de los diferentes países del Planeta. Lola Bañón afirmó, en esta parte final de la sesión, que numerosos líderes políticos son fruto de las redes sociales y coincidió con Vanessa Rodríguez en la necesidad de recurrir a la educación temprana y eficaz en el uso de las redes sociales. Por su parte, Vanessa Rodríguez concluyó diciendo que es preciso enseñar a nuestros niños y jóvenes la motivación para cambiar a mejor las cosas para avanzar individualmente o socialmente con las herramientas que tenemos a mano.
Funniversity, investigación e innovación educativa
La Doctoral Summer School 2020 se cerró con una sesión titulada “Funniversity, investigación e innovación educativa”, en la que los ponentes fueron Bella Palomo, profesora de Periodismo en la Universidad de Málaga y consultora de Comunicación y Multimedia en la Universitat Oberta de Catalunya, que ha trabajado diez años en Diario Sur; Fernando Trujillo, doctor en Filología Inglesa, que imparte clases en la Facultad de Educación, Economía y Tecnología de Ceuta (Universidad de Granada); y Concepción Cascajosa, profesora titular en el Departamento de Periodismo y Comunicación Audiovisual de la Universidad Carlos III de Madrid, doctora en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Sevilla y actual directora del máster en Guión de Cine y TV UC3M/ALMA. El vicedirector del màster en Investigación del departamento de Periodismo de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UAB, Santiago Giraldo, y el director del departamento, Santiago Tejedor, fueron los encargados de moderar y conducir esta sesión de cierre de la Doctoral Summer School 2020.
Fue Santiago Tejedor quien explicó el objetivo de esta sesión e introdujo a los ponentes. Y lo hizo reclamando un esfuerzo conjunto para acabar con una realidad en la que, según ciertos estudios, uno de cada cuatro universitarios se aburre en el aula. Bella Palomo afirmó que investigar puede ser divertido e hizo varias recomendaciones: evitar la queja constante, crear escenarios y espacios agradables, hacer periodismo, apelar la nueva interactividad, a la creatividad y elegir investigaciones apasionantes. Fernando Trujillo tituló su ponencia #yoinvestigoencasa y en ella expuso las perspectivas de futuro que se abren para la educación en la situación de crisis que vivimos y las pedagogías emergentes que han nacido en ella. En estos meses de confinamiento ha colaborado en grupos de investigación que han intentado anticipar como cambiará la educación en los tiempos que llegan. Valoró la necesidad de combinar educación y comunicación, investigar para resolver problemas reales. Planteó una serie de propuestas, desde el aprendizaje basado en proyectos hasta la gamificación y defendió que se debe combinar investigación, laboratorio y formación. Investigar, según él, es dialogar, escribir, analizar, acompañar, diseñar, colaborar, empoderar en el ámbito social y de género, jugar y crear. “Divertirse no es una opción. Es la única vía posible” para los investigadores, concluyó.
Por su parte, Concepción Cascajosa recordó que la labor de investigación puede dar una cierta sensación de aislamiento y que por ello es bueno recurrir a las redes sociales para intercambiar reflexiones e ideas. Propuso buscar temas en emergencia: “No pensar en las ‘modas académicas’ sino en lo que está por hacer”.El trabajo universitario debe ponerse en valor desde la transferencia a la sociedad, dijo y reclamó que los investigadores deben crear vínculos con los profesionales, participando en sus eventos, aparte de invitar a esos profesionales a la universidad. También sugirió optar por investigaciones transversales y de utilidad para el sector productivo y puso una línea roja: “los estudiantes no hacen nuestro trabajo de investigación”.
En el debate, moderado por el profesor Santiago Giraldo, se escucharon opiniones contrapropuestas sobre las ventajas e inconvenientes de la opción on line como alternativa a las clases presenciales. Xavier Salla, también profesor de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UAB, defendió las virtudes de la docencia virtual. Bella Palomo, que tiene una larga experiencia como docente en la Universitat Oberta de Catalunya, afirmó que alumnos y docentes han reaccionado rápidamente y se han adaptado a la nueva situación, aunque cree que todos los estudiantes que seguían estudios presenciales querrán continuar con ese modelo. Otras cuestiones que surgieron fueron los efectos de la crisis sanitaria sobre la equidad en el sistema educativo. Fernando Trujillo dijo que ha puesto en evidencia la debilidad de ese sistema aunque también ha puesto al descubierto ciertas oportunidades de mejora de la docencia. Concepción Cascajos acabó diciendo que hay que darle una cierta vuelta a la docencia, adaptándola a las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías, pero conservando los valores de la educación presencial.
La Covid-19 no ha podido con la Doctoral Summer School 2020
El director del departamento de Periodismo y Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UAB, Santiago Tejedor, cerró esta edición de la Doctoral Summer School 2020 agradeciendo su participación a los más de 250 asistentes confió en que la red de contactos que se ha tejido durante estos días tenga continuidad, para seguir haciéndose preguntas sobre el mundo de, periodismo, la investigación, la comunicación, sus retos y esperanzas. Se han cerrado así tres días de trabajo, durante los cuales se han celebrado seis sesiones, además de la de bienvenida, en las que se ha tratado de “El mapa de la investigación en Iberoamérica”, “Los periodistas ante el reto tecnológico”, “Investigar en Comunicación en España” (conferencia inaugural a cargo de la catedrática de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad Rey Juan Carlos, Carmen Caffarel), “Revistas y líneas de investigación”, “Participación ciudadana y redes sociales” y “Funniversity, investigación e innovación educativa”.
“Un abrazo muy grande desde Barcelona, cuidaros y hasta siempre”, fueron las palabras con que Santiago Tejedor cerró esta Doctoral Summer School 2020 que se ha celebrado de forma virtual los días 30 de junio y 1 y 2 de julio, y que ha sabido superar con buena nota la amenaza que para su celebración supuso la pandemia de la Covid-19.