La organización actuó durante más de 40 años y se le atribuyen más de 800 muertes

Por: Natan Cabana, Itziar Caparrós, Àlex Gelabert y Sandra Espinosa

En los últimos años, la situación presidiaria de los integrantes de ETA ha avanzado hacia la libertad. De los 382 detenidos que se documentaban en 2018, coincidiendo con la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno, sólo 133 permanecen en prisión, y más de 80 de ellos disfrutan de libertad condicional o de tercer grado.

Una de las medidas principales ha sido el traslado de todos los presos a cárceles del País Vasco o de Navarra, además de la ley de convalidación de penas en otros países, aprobada en noviembre de 2024, que ha facilitado la reducción de condenas en algunos casos.

Entre las caras más conocidas de la organización, destacan David Pla, Izaskun Lesaka e Iratxe Sorzabal, quienes firmaron el cese definitivo de la actividad armada de ETA, con “compromiso claro, firme y definitivo” hacia la paz el 20 de octubre de 2011.

Pla y Lesaka pasaron por prisión, quedando en libertad en 2015 y 2019, respectivamente. Sorzabal, fue juzgada pero no encarcelada, al no encontrarse motivos suficientes para su ingreso en prisión.

ETA actuó durante más de 40 años para buscar la independencia del País Vasco, recurriendo a la violencia. Según la Guardia Civil, durante sus atentados acabó con la vida de 817 personas, de las cuales 339 fueron civiles. Sus atentados más significativos fueron el del Hipercor en Barcelona en 1987(21 muertos y 45 heridos) y el de la T4 de Barajas en Madrid en 2006 (4 muertos y 50 heridos). 

Finalmente, el 3 de mayo de 2018, ETA anunció su autodisolución. Esta decisión mejoró la situación legal y penitenciaria de todos los exmilitantes de la organización, aunque muchas de las víctimas y sus familiares continúan reclamando justicia. Asociaciones como Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) ofrecen ayuda y soporte psicológico para todos aquellos que todavía estan afectados.

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