Más de 18.000 hectáreas no estaban dentro de la zona de riesgo y acabaron siendo las más afectadas: Paiporta, Catarroja, Massanassa o Benetússer

Por Natan Cabana, Itziar Caparrós, Sandra Espinosa y Àlex Gelabert

El pasado 29 de octubre de 2024 la DANA arrasó con la provincia de Valencia. Cerca del 16% de la población valenciana se vio afectada por unas inundaciones que alcanzaron más de 44.000 parcelas, de las cuales 18.000 estaban fuera del plan oficial de prevención de riesgo (PATRICOVA) y otras 12.000 se encontraban en áreas consideradas de muy bajo peligro. La tormenta desbordó cualquier previsión y dejó al descubierto las carencias de un plan que no se actualizaba desde 2015, demostrando que casi el 70% del territorio afectado no estaba preparado para un episodio de tal intensidad.

Los pueblos más afectados por la DANA

Más de 130.000 viviendas fueron afectadas por la DANA, que arrasó con más de 70 municipios de la província de Valencia. Unas 237 personas fallecieron, miles de personas fueron hospitalizadas e innumerables negocios, vehículos y estructuras se vieron afectadas o destruidas. Los pueblos más afectados fueron Paiporta, Catarroja, Massanassa y Benetússer, situados próximos al sur del área metropolitana de Valencia. 

Tal y como observamos en el mapa, cuatro de las poblaciones más afectadas por las lluvias torrenciales, se encuentran dentro de las zonas «sin peligro» de inundación del plan PATRICOVA. Máss de 1,8 millones de habitantes de la Comunitat Valenciana se vieron afectados por este fenómeno atmosférico.

La recuperación de las consecuencias de la DANA

Tras la DANA, la recuperación en la Comunitat Valenciana muestra diferencias notables entre municipios. En Chiva, Aldaia y Alacuás, la industria se ha recuperado casi por completo gracias a la rápida reparación de infraestructuras y la reapertura de empresas. En cambio, en Paiporta, Picaña, Catarroja, Beniparrell y Massanassa, la recuperación es más lenta: persisten daños en infraestructuras y viviendas, y la normalidad aún no se ha restablecido completamente. Por su parte, Alfafar, Albal, Sedaví y Benetússer registran caídas significativas en el consumo energético y de servicios, reflejando el impacto prolongado del temporal en la actividad económica local.

El plan sigue sin actualizarse

Actualmente, el principal problema continua siendo estructural. Pese a las advertencias de organizaciones como Amnistía Internacional, no se ha actualizado el Pla d’acció territorial de caràcter sectorial sobre prevenció del risc d’inundació a la Comunitat Valenciana (PATRICOVA) lo que permite que se siga construyendo en zonas inundables. Cerca de 600.000 personas viven en áreas propensas a sufrir inundaciones y la ausencia de políticas urbanísticas efectivas, junto con la demora en las ayudas y los trámites de reubicación, mantiene a miles de familias en condiciones de vulnerabilidad.

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