Cuando hablamos de educación hoy hemos de pensar en Internet, en la presencia en las redes sociales, en la búsqueda de recursos on line, en las estrategias para mejorar las diferentes clases de comunicación, en la difusión de los logros y en la puesta en valor de las líneas diferenciales de los centros como imagen de marca. La figura del Community Manager se encarga de estas funciones, básicas hoy en cualquier tipo de organización. Desde el punto de vista educativo, por un lado los centros docentes son organizaciones que han de estar conectadas con el entorno y, por otro, los alumnos deberían aprender a responsabilizarse de la gestión de su marca personal, a conocer las sinergias que se producen con su presencia en las redes sociales, cómo aumentar y mejorar sus lazos sociales online, cómo promocionar sus logros y cómo interactuar con más eficacia. Ser buen Community Manager de nosotros mismos también es un valor añadido que reporta grandes beneficios.
Puntos de partida
Las barreras o paredes físicas de los centros poco a poco pierden su opacidad. El Informe España 2016 destaca paulatinos pero importantes cambios que ya se dan en algunos (en este caso, en 114 colegios innovadores). Uno de ellos es que las escuelas son organizaciones abiertas. La transparencia que se impone hoy se nota en la percepción externa de la actividad diaria, en las sinergias comunicativas con el mundo educativo y, en especial, con la presencia en Internet. De su correcta gestión se beneficia el futuro de cada centro, fruto de la eficacia e imagen del trabajo realizado en las aulas. La aplicación de algunas funciones del Community Manager se traduce en mejoras generales y en la modernización comunicativa de la organización.
«La responsabilidad última de la comunicación recae siempre en la dirección del centro»
Hace algunos años que observamos (y aplicamos) el potencial que esta figura tiene también en educación. Hoy ya se habla mucho de ella, si bien aún cuesta pasar de la teoría a la aplicación práctica, sobre todo en centros con un funcionamiento más tradicional, poco abiertos a la introducción de cambios e innovaciones. La definición de sus competencias ha de constar en los documentos internos de funcionamiento, con análisis y valoraciones periódicas sobre su eficacia. La responsabilidad última de la comunicación recae siempre en la dirección del centro. Desde la práctica personal, todos tendríamos que aplicar algunos de sus principios y estrategias a nuestra vida digital. Las nuevas generaciones mejorarían su comunicación online y aumentarían su grado de responsabilidad en la red.
Beneficios
Imaginemos que alguien se pregunta qué razones avalan la creación de la figura de Community Manager en educación, teniendo en cuenta las necesidades y funciones en una institución escolar. He aquí algunos argumentos:
- El Plan de comunicación de un centro incluye la gestión de los contenidos de las redes sociales en las que está presente. Hoy son una pieza clave para aportarle visibilidad. Hay que gestionarlas de forma responsable y en beneficio del centro. Pero, en primer lugar, se tendría que redactar el documento básico: el plan de comunicación.
- La proyección al exterior de actividades, noticias, información de servicio, proyectos y logros aportan un gran valor añadido al trabajo diario en las aulas. Alguien ha de centralizar esta actividad.
- La imagen de marca y la identidad digital del centro exigen cuidados y conocimientos por parte de quien aglutina la responsabilidad comunicativa. Hoy hay que dominar la gestión de los comentarios en la red (positivos y negativos), la privacidad, los derechos de los menores, la interactividad, el impacto de las publicaciones, los mecanismos más eficaces para llegar a más público de forma ética y responsable.
- Los centros han de impulsar los lazos con el exterior, aumentar los contactos, establecer redes de trabajo, compartir y colaborar siguiendo los criterios marcados. Una tarea que implica a todo el profesorado, pero mejora si hay alguien que la coordine y que se preocupe por seguir una línea coherente con el proyecto educativo del centro.
- La búsqueda y selección de aquellos recursos más apropiados para la actividad docente. La curación de contenidos ahorra trabajo y favorece el uso de nuevas metodologías. Una función colectiva que también puede ser coordinada por alguien en aquellos aspectos más globales.
- La reflexión sobre los efectos de la comunicación, analizar la inteligencia colectiva de la institución educativa y proponer estrategias para su implementación.
- Estar atento a la creación de oportunidades para el centro en el exterior.
- Adelantarse a las demandas informativas de la comunidad educativa y ofrecerlas.
Aprendizajes
Tanto el alumnado como el profesorado han de extraer enseñanzas de la figura del Community Manager, aprendizajes para dentro y fuera del centro:
- La imagen en las redes sociales depende sobre todo de cada uno, sea la del centro o la de cada persona. Importa el conocimiento de estrategias concretas.
- La comunicación es básica también en educación. Enseñar implica comunicar e informar también es educar.
- La opinión de los usuarios o de quienes interactúen hay que tenerla siempre en cuenta y actuar en consecuencia.
- El análisis de los datos generados y publicados sirven para extraer conclusiones. Para ello se precisa formación, reflexión, capacidad de respuesta comunicativa y posibles cambios en la organización.
La libertad y la responsabilidad comunicativas se han de aprender y enseñar desde la infancia. Internet va más allá de ser un espacio en el que habitamos todo el día, con poderosos efectos personales, económicos y sociales. El rastro digital que dejamos en la red nos retrata. Introducir las funciones de un Community Manager en la escuela mejora la organización educativa y nuestra vida personal en la red.
Fuente: http://www.aikaeducacion.com/