El periodista Albert Montagut publicó en 2012 el libro NewPaper. Cómo la revolución digital transforma la prensa. Nueve años después vuelve sobre el tema con Reset. Cómo concluir la revolución digital del periodismo (Galaxia Gutenberg). Montagut (Barcelona, 1957) ha desarrollado su trabajo como periodista en la prensa escrita. Fue corresponsal de El País para la Casa Blanca y Naciones Unidas, director adjunto de El Periódico y fundador y director de El Mundo de Catalunya y de la cadena de periódicos ADN. Hoy es analista en La Vanguardia y está preparando un nuevo medio digital, Coolt. Montagut ha trabajado también en las editoriales Planeta y Bertelsmann y como director de comunicación del Futbol Club Barcelona y del ex primer ministro francés Manuel Valls. Doctor de Periodismo y Ciencias de la Comunicación, Montagut imparte clases en las universidades Autónoma de Barcelona (UAB) y Pompeu Fabra. Las cerca de 400 páginas de Reset son el desarrollo de su tesis doctoral presentada el pasado año en la UAB “La digitalización del periodismo escrito: de la tinta a los pixeles”. Recoge las opiniones de representantes de los periódicos más importantes del mundo, entre ellos The New York Times, The Guardian, Clarín, Tiempo, Miami Herald, Asahi Shimbun, Jerusalem Post, El País o La Vanguardia.
Abre el libro con una cita de la investigadora en comunicación Lucy Kueng: “Estamos al final del principio de la era digital”. ¿Qué sentido tenemos que darle a este juego de palabras?
Internet cambia todo y a la vez nos mete de lleno en una nueva etapa. Estamos al final del principio. Internet empieza algo y todo está por venir. Para explicar estas palabras de Lucy Kueng siempre pongo el siguiente dato: Gutenberg inventó la imprenta en 1440 y el primer periódico impreso, el Strassbourger Relation, apareció 165 años después. En estos 25 años de Internet miremos lo que ha cambiado no sólo en el ámbito del periodismo sino en todo. Kueng se refiere a esto. Llega Internet, lo cambia todo, pero es solo el principio. ¿Qué pasará dentro de 165 años? ¿Qué habrá sido de nuestra civilización y el desarrollo de la tecnología que nace en Internet y tiene este efecto tan tremendo en la comunicación?
Desde “NewPaper. Cómo la revolución digital transforma la prensa” hasta “Reset. Cómo concluir la revolución digital del periodismo” han transcurrido nueve años. ¿Esta revolución digital acabará llevándose por delante la prensa escrita?
La prensa escrita como la conocíamos ya ha cambiado. Algunos periódicos tienen todavía más publicidad en la edición de papel que en la digital y eso que el papel sobreviva en algunas cabeceras. Pero no nos ha de obsesionar cuando termina el papel. Nos ha de obsesionar que la comunicación sea la mejor posible. A día de hoy, si miráramos como leemos la información o como nos comunicamos a nivel periodístico, si de modo digital o en papel, cada uno sacaría sus conclusiones de donde estamos. Para mí nunca ha sido un problema cuando terminará el papel. Con el papel he disfrutado muchísimo, como todos. Yo bajaba a la rotativa de El País, por la noche, esperando a que empezase a funcionar y ver como se imprimía la historia que había escrito unas horas antes. Incluso a veces los técnicos me dejaban apretar el botón que la ponía en marcha. Aquello fue mágico tanto como estar hablando ahora por Zoom, una herramienta que existía, pero que no la conocíamos y ahora lo está revolucionando todo. Hace unos días hice uno con un profesor de la Universidad del Sagrado Corazón de San Juan de Puerto Rico y pasado mañana tengo que hacer otro con alumnos de una universidad de Lima. Esto es gracias a Internet. Podemos estar hablando del periódico tradicional, pero estamos ya en este principio de hacia dónde vamos.
Tiene claro que ‘digital first’…
Es normal. Hoy nadie puede guardarse una historia a las 8 de la tarde a la espera de darla el día siguiente por la mañana. Tiene que darla en el momento. En el último gran documental sobre The New York Times, hay una escena en la que llega a la redacción en Washington un corresponsal de la Casa Blanca con una muy buena noticia. El tiempo que tardan en comprobar los datos es el tiempo que tardan en pincharla y darla en la web. A los diez minutos, la CNN y todas las grandes cadenas de televisión están dando la noticia. Citando al Times, claro. No me cabe en la cabeza que esa noticia tuviese que esperar desde las 8 de la tarde a las 6 de la mañana del día siguiente a que se repartiesen los diarios por las calles de Manhattan o Washington. Una de las protagonistas de Reset, Kim Perry, redactora sénior del equipo de transición digital de The New York Times, dice: “Todos nuestros reporteros crean periodismo que se publica digitalmente y un subconjunto de esas historias aparece en nuestro papel impreso”. Cuando llega una noticia a The New York Times primero va al digital, y después, como subconjunto, irá al periódico. Tengo que decir que la última vez que estuve en Nueva York, yo que había disfrutado tanto con este periódico, lo cogía y no me daba la sensación de que fuera lo que había sido. Veía cosas que ya había leído la noche antes o por la mañana en la web. Para mí el periódico tenía menos transcendencia. Eso sí, unos grandes anuncios y todavía una fuente importante de recursos, pero, como papel, ha dejado de ser el legendario The New York Times, en beneficio de la edición digital.
Precisamente, en RESET explica que The New York Times es uno de los grandes periódicos que ha sabido concertar sus ediciones impresa y digital. ¿Es el ejemplo a seguir?
Aparecieron con una web y dividieron la redacción, pero se dieron cuenta de que era un error. Había doble gasto, se peleaban por hacer la entrevista al alcalde o tener el mejor sitio en la tribuna de prensa del Yankee Stadium. Todo se doblaba y era un caos absoluto. Aquello no podía funcionar en absoluto. En ADN, cuando lo dirigí, ya fusionamos la redacción en 2006-2007. En The New York Times se unieron las dos redacciones. Hubo una reducción de personal. Se avisó a los periodistas que no quieran ser digitales de que se entraba en una nueva etapa de ‘digital first’. Las dos redacciones de The New York Times se fusionaron y empiezan a funcionar perfectamente. Con posterioridad, el papel ha ido bajando de peso. Gracias al idioma se ha convertido en un medio global increíble. Este es también uno de los puntos importantes: el idioma y el mercado al que vas. Si vas a un mercado global tienes muchas posibilidades de rentabilizar el proyecto. Si tienes un mercado más pequeño las posibilidades de rentabilizar el producto son muy menores. Con el idioma inglés consigue un mercado casi infinito. Seis millones de suscriptores. Pronto tendrá diez. Creo que ya es sostenible con el ingreso de suscriptores y publicidad digital. Han conseguido ese paso y tienen la posibilidad de crecer en la dirección del ‘digital first’ e invertir mucho en las herramientas. En RESET se explica, según la experiencia de algunos grandes periodistas norteamericanos, que la tecnología será continua. No como antes que cambiamos de rotativa cada quince años, pasábamos de blanco y negro a color y parecía que era lo máximo que se podía alcanzar. Alguien dijo en una reunión que la revolución de la prensa se había acabado porque todas las páginas podían ir en color. Pocos años después llegó el digital… El idioma es fundamental. Te abre un mercado que o es global con muchísimas ganancias o es local con muy poca estructura, con un nicho de información muy concreto que lideras en tu zona y que puede ser sostenible financieramente gracias a una estructura muy pequeña. Esos son los dos modelos. El modelo intermedio tiene un mercado digital muy pequeño. La sustitución del papel por el digital no sería nunca suficiente. De ahí que aún muchos medios se agarren todavía a la que fue su gallina de los huevos de oro, el papel, pero cada vez con menos tirada, cada vez con menos páginas, cada vez con menos lectores. Sobreviven como pueden.
La información no puede ser gratuita, dice en su libro. Nos habíamos acostumbrado a los medios de comunicación abiertos en Internet. ¿Qué puede ser gratis y qué tiene que ser de pago?
Nada debería ser gratis. Y lo digo yo que dirigí una cadena de periódicos gratuitos para el grupo Planeta, ADN. Era un periódico que se repartía gratuitamente por la mañana, en el contexto en que se repartía, con todas las informaciones redactadas de la mejor manera posible. ADN intentó siempre que no por el hecho de ser gratuito fuera barato. Intentaba aportar a esa gratuidad una cierta calidad. Lo conseguimos. Nuestro ADN sigue funcionando en Colombia. Dicho esto, una cosa son los periódicos gratuitos y otra que las grandes cabeceras hagan pagar un euro y pico por el periódico en papel y doce horas antes puedas tenerlo todo abierto en digital. Lo que pasa es que temen cerrar sus compuertas informativas porque tienen miedo de levantar muros insalvables para los lectores y no tener suficientes suscriptores. The New York Times y otros grandes periódicos globales lo hacen de forma cada vez más gradual. Tienes acceso a un número de noticias mensual para acostumbrarte al periódico y, pasado ese número de noticias, tienes que entrar en suscripción o esperar hasta el mes siguiente. El tema es siempre el mismo: la sostenibilidad. El periodismo es un negocio, tiene que dar rentabilidad. Si no, tienes el peligro de no tener los lectores suficientes y tener que compensar tus cuentas de resultados con ayudas exteriores. Muchas veces estas ayudas comportan obligaciones editoriales que no son las correctas. La prensa libre tiene que ser un negocio muy rentable. Esta es una premisa que con la digitalización todavía está más clara. Has de ser rentable. Si no, dedícate a otra cosa. A no ser que quieras que te ayuden los lobbies, los grupos de presión, los grupos financieros, los partidos políticos o las administraciones públicas. Es lícito, pero se aleja un poco de lo que es el espíritu del periodismo. El periodismo es un negocio, pero también es una herramienta democrática que tiene que servir para mejorar la civilización. Si esta herramienta funciona en base a ayudas que no son claras o que ponen en peligro la independencia del medio, eso incide en la gran crisis de la prensa que estamos sufriendo en España, concretamente.
Defiende a los periodistas tradicionales, los que no son nativos digitales y que tienen más dificultades para manejar las nuevas tecnologías de comunicación. ¿Tienen su puesto aún en los medios de comunicación?
Lo tienen si abrazan la digitalización. Han de abrazarla. No pueden hoy en día hacer un texto e irse a su casa. Se quejan de que después de ese texto les piden otros. Eso es la digitalización. Siempre digo lo mismo: si en el primer texto que les piden se vuelcan digitalizándolo bien, pueden pasar más horas y en la entrega del producto igual no les piden más cosas. No es solo un texto lo que hay que entregar. Es un texto con enlaces bien pensados, con impacto de lo que se dice en las redes sociales, con vídeo, audio y cualquier otra herramienta digital que te pueda ayudar para configurar la historia global. El periodista tiene que ser un diseñador, ha de ver la historia publicada. Hoy, el redactor digital tiene que llegar o enviar a la redacción el material que pueda enriquecer su historia porque será de mayor impacto y tendrá más lectores. Si los lectores leen un texto y además escuchan un audio, ven un vídeo, se meten en una pieza de datos y ven lo que está pasando en las redes sociales sobre esa historia están más satisfechos con el resultado final. La digitalización nos da más trabajo, pero el resultado final, si se hace bien, es infinitamente mejor. Con el móvil cada cosa que veo se puede convertir en una mini noticia. Para un periódico sería lo mismo. Iría con el móvil, grabaría, filmaría, haría fotos, buscaría datos en Google o Wikipedia para saber cosas de la historia que estoy escribiendo, buscaría enlaces, direcciones de Twitter de las personas de las que hablo para enlazarlos… hay mucho trabajo que hacer. Es una artesanía. Los periodistas tradicionales pueden llegar a entender más esto que los periodistas digitales. Muchos periodistas digitales no salen a la calle.
Distingue información y periodismo
Información es comunicar noticias que llegan a los informadores de los medios y el periodismo es el plus que el profesional añade a la información, el plus del conocimiento, el background, ir al sitio donde han pasado las cosas, ir al sitio donde han pasado las cosas, hablar con las personas que aparecen en la historia, intentar explicar su porqué, el análisis. Ese plus que se le da a una información mínima es el periodismo. Hoy hay más informadores que periodistas. Es una lástima, pero es así. Todo el mundo se autocalifica como periodista, pero hay muy pocos profesionales que puedan decir qué historia sacaron un día en su periódico que fue una exclusiva, que historia descubrieron o trabajaron mejor que nadie. Hay muy poca intencionalidad en la información a día de hoy. Y ahí hay una crisis.
Y a los jóvenes nativos digitales les advierte de que deben tener en cuenta la experiencia de los más veteranos. Hay un cierto vaparalo
No es un varapalo. Es sencillamente que el problema de los juniors que llegan a las redacciones, se sitúan frente en una mesa con un ordenador, van mirando la pantalla y a partir de ahí empiezan a generar la información sin moverse de ese bucle, sin salir de la redacción. Corta y pega. No se puede practicar esta profesión sin saber lo que es la calle, sin saber lo que es un suceso, sin ir a los tribunales para ver un juicio, sin ir a un entrenamiento del Barça, sin ir a una rueda de prensa y saber que lo mejor está en el backstage o sin hablar antes o después con los protagonistas o sin saber lo que se tiene que preguntar. Lo que critico es eso. Los jóvenes digitales, en su mayoría, están en las redacciones. También critico que muchos de sus jefes intermedios, que son nativos digitales y que, seguramente por estar bien preparados para hacer el trabajo de mesa, han ido escalando posiciones y hoy son altos cuadros en los grandes medios y que son personas cualificadas en lo digital nunca han estado en la calle, nunca han hecho un reportaje. Son subdirectores, redactores jefe, jefes de sección, directores adjuntos… que nunca han sido enviados especiales o corresponsales, no han tenido que ir a la calle porque el periódico no tenía aquel día ninguna historia y tenían que volver con algo. Contrastar, hablar… es lo que noto que falta. Confunden la información y el periodismo con la polémica y el titular fácil, buscar cliks con titulares que no se justifican en el texto o con historias que son completamente huecas. No todo el mundo, pero la tendencia digital de muchos medios es esa. A los más veteranos les falta digitalización y a los más digitales júniors les falta periodismo y calle.
¿Estamos los periodistas demasiado pendientes Twitter?
Se está demasiado pendiente de Twitter. Lo veo incluso en los grandes programas de radio donde los conductores están pendientes de Twitter. El periodismo ahora es diseño, contenido, uso de las buenas herramientas digitales para mejorar el contenido y su entrega y lo que está pasando en las redes sociales, el ruido, sobre ese tema. Hay que saber buscar lo que realmente interesa en las redes sociales. No tienes que moverte por lo que digan las redes sociales. En ellas hay una gran cantidad de malicia, de falsedad, de porquería en el ambiente que no acaba de eliminarse. No puedes fiarte al cien por cien. Lo has de utilizar cuando crees que lo tienes que utilizar, pero seleccionándolo bien. Redes sociales, sí, pero no como tu primera motivación. Tu primera motivación tiene que ser el titular, la noticia real, eso que no sabe nadie y que tienes que entregar lo mejor que puedas. Puedes estar hablando de un tema polémico y antes de entregar tu historia está bien mirar qué dicen las redes sociales. Quizás encuentras algo que puede aportar algo al texto pero cambiar los programas de radio en función de lo que ven que sale en Twitter en ese momento no es correcto.
Hay que depender menos de Google
Google es una herramienta más. La utilizo igual que utilizo las grandes cabeceras –La Vanguardia, El País, The New York Times, Clarín, El Comercio de Lima, The Guardian… Google está ahí. Su problema es su conflicto con los medios. Debería pagar por la información que utiliza de los medios. Se ha convertido en la herramienta de las herramientas. Todo está ahí. Habrá que saberlo utilizar o sacar rendimiento de que te utilicen ellos a ti. Es el balance que hemos de encontrar.
Y tener más en cuenta a los lectores, dice
Los lectores deben saber lo que está pasando. En RESET se dice que no pueden estar leyendo un periódico o viendo una web y no saber lo que está pasando. Hablo de los lectores de un cierto nivel, que son los que te ayudan a generar opinión sobre el medio. Hay que explicarles lo que está pasando. Tienen que buscar la información más seria, más fidedigna a la realidad, ver que el medio en el que está va en la línea editorial correcta, que es ser fiel a la información y no mezclar información y línea editorial. Tienen que exigir periódicos o cabeceras que no creen ruido, sino que expliquen las cosas, que sean analíticos. El lector tiene esa función: ser el árbitro, eligiendo que es lo que consume. Estamos hablando siempre de periodismo e información de cierto nivel. RESET se centra en el mundo de los periódicos. Algunas cosas de las que dicen sirven para los profesionales de la radio y la televisión. Hablan los profesionales de primera magnitud de cuarenta medios de comunicación y en base a lo que dicen ellos redacto las conclusiones y recomendaciones a las que llego.
Parece constatarse que la digitalización del periodismo ha conllevado precarización de este sector profesional
La digitalización ha destrozado las cuentas de resultados de los periódicos de todo el mundo. Hay miles de periódicos que han cerrado y muchos periódicos, sino todos los que han mantenido sus cabeceras en marcha, han tenido que reducir sus costes. Y reduciendo sus costes han tenido que reducir salarios. El periodismo se ha convertido en una profesión de precariedad. Antes un o una periodista podía levantar una familia trabajando en un periódico. A día de hoy los salarios son mucho más bajos. Mantener una familia durante 30 años con el salario de un periódico es difícil. Pero también es cierto lo de siempre: cuanta mejor información entregues, cuantas más noticias entregues, cuantas más ideas tengas, cuanta más evolución hagas en tu periodismo, cuanto más influyas en el periódico, cuantas más ideas aportes, cuanta más ilusión generes, contribuirá a que tengas un salario más alto. Esto es inevitable. Siempre ha pasado. Habrá periodistas que se ganarán la vida mejor que otros en función de sus posibilidades, sus ilusiones, las noticias que den… Globalmente, esta es una profesión en la que antes compartías la ilusión y poder vivir de ella. Ahora vives más precariamente y te exigen más cosas, la digitalización, estar al día, estar motivado en un momento en que es difícil estarlo… Estar motivado haciendo noticias desde casa es más difícil que estando en una redacción apoyado por tus amigos, viendo al Barça por televisión o hablando de política con este o aquél… eso contribuía al mundo fascinante del periodismo. El periodismo es una vocación, casi un trabajo de artesanía. En estos momentos, la situación económica la hace una profesión difícil, con muchos obstáculos. Y con tantos obstáculos es difícil trabajar a gusto. Una de las conclusiones más importantes de RESET es cuando se recomienda a los editores qué deben hacer para que sus redactores trabajen cómodamente, sin tantas preocupaciones laborales. Todos los periodistas que conozco, desde directores a redactores, sufren por a precariedad y por la incertidumbre del mercado. Así no se puede trabajar. Una profesión a la que has dedicar toda tu vida, 24 horas al día 7 días a la semana, necesitaría tener un poco más de tranquilidad laboral y desgraciadamente no la tenemos.
Parece que la pandemia de la Covid-19 ha supuesto un impulso más en el proceso de digitalización del periodismo y la comunicación
La Covid nos ha destrozado a todos, nos ha cambiado la vida. Nos ha hecho mucho daño. Solo hay que ver la cantidad de personas que han muerto en todo el mundo. Ha sido terrible. Nos ha acelerado el proceso de digitalización en todo. Hace un año y medio, cuando viajé a Nueva York, vi en la avenida Madison dos grandes trailers de Amazon bajando miles de paquetes a la acera donde había cientos de personas en bicicleta preparadas para repartirlas. Solo hay que ver cuantas compras hemos hecho cada uno de nosotros durante la pandemia utilizando el medio digital. La digitalización se ha acelerado con la covid no solo para la prensa sino para nuestras propias vidas. Tiene una parte positiva, que es que la digitalización es una realidad, ya no es una novedad. Es en lo que estamos y hemos de mejorar nuestra vida en este nuevo ámbito. La digitalización se ha acelerado con la covid. Nos ha enseñado otras cosas. Dicen que seremos mejores desde el punto de vista personal después de la covid. No lo tengo claro. Pero sí que creo que saldremos con más fuerza ante cualquier adversidad que pueda venir, con más tiento de que somos bastante culpables de muchas de las cosas que pasan. Y todo esto tenemos que contarlo desde los medios. La covid nos ha cambiado, por completo, lo ha acelerado todo. La covid no tiene nada positivo, pero si tuviésemos que rentabilizarlo yo diría que nos ha digitalizado más, nos ha preparado más.
Nos ha preparado más para un futuro que dice que es imposible de pensar. ¿No se atreve a imaginárselo?
Si pasaron 165 años para el primer periódico después del invento de la imprenta, no me atrevo a imaginar qué puede pasar en unos años de ver los cambios que hemos vivido des de la aparición del Navigator de Netscape. Lo que interesa es el presente y el futuro es lo que hagas en el presente. Todo lo que hagamos hoy influye para mañana. Qué va a pasar mañana no lo sé. Lo que si puedes modificar, donde si puedes influir es en el presente. Haciendo el presente minuto a minuto de la mejor manera que podamos, siendo más digitales, muy precisos y serios en la información podemos mejorar el futuro. Pensar lo que vaya a pasar en el futuro del periodismo no es tan relevante como lo que podamos hacer en el presente. ¿Cuándo ya no habrá periódicos de papel? Lo que me interesa es que las historias que están escribiendo los periodistas de todo el mundo sean buenas y estén bien hechas.