Hace apenas dos días se cumplieron 102 años del descubrimiento de la sepultura del faraón Tutankamón. El 4 de noviembre de 1922, el arqueólogo británico, Howard Carter, se tropezó con una piedra que resultaría ser la puerta de su gran descubrimiento. Excavó los escalones hasta que se topó con una puerta de barro que lo llevaría a descubrir la tumba de Tutankamón.
Carter dedicó 8 años a su búsqueda. Todo este tiempo se justifica debido a lo escondido que se encontraba el sepulcro. Concretamente, estaba cerca del centro del Valle de los Reyes, un cementerio faraónico al oeste de la ciudad de Tebas.
Una vez localizado el lugar y recibidos los permisos para poder excavar, empezó la operación. Comenzando en 1922, Carter y su equipo tardaron alrededor de dos años en acabar la extracción completa. Esta contó con un total de alrededor de 5,398 piezas. Entre ellas, la famosa máscara funeraria de oro, joyas y otros objetos de valor. Actualmente, sigue siendo el descubrimiento faraónico mejor conservado.
La tumba se encontraba intacta, tras más de tres milenios, y se convirtió en la tumba mejor conservada de los Valles de los Reyes. Este estado de preservación era un hecho insólito para la época, ya que la mayoría de las tumbas reales habían sido saqueadas siglos atrás. La sepultura estuvo protegida hasta la llegada de un oficial del Departamento, pero aun así, el 26 de noviembre de 1922 Carter, junto a su mecenas, Carnarvon, y la hija de este, Evelyn Herbert, entraron sin permiso en la tumba y se convirtieron en las primeras personas en 3 mil años en acceder al enterramiento. Con una vela en la mano, Carter hizo un agujero en la puerta sellada para observar el interior y ser el primero en descubrir los tesoros que durante siglos acompañaron al joven faraón en su viaje al más allá.
Todo el proceso que siguió en su investigación se puede consultar de una manera mucho más sencilla, en esta línea temporal que hemos realizado para ordenar los diferentes acontecimientos.
Entre los hallazgos de la tumba se encuentran no solo el sarcófago y la famosa máscara funeraria de oro de Tutankamón, sino también una amplia colección de joyas, muebles, armas, y estatuas. Estos objetos funerarios eran símbolos de riqueza y estatus, destinados a acompañar al faraón en su vida después de la muerte y a protegerlo en su tráfico al más allá.
El hallazgo de esta tumba proporcionó la capacidad de poder estudiar las tradiciones y costumbres del Antiguo Egipto. A día de hoy, es una de las más estudiadas en todo el ámbito de la arqueología y la egiptología. Ha obtenido una fama e interés alrededor de todo el mundo.
Gracias a este descubrimiento, se ha abierto una ventana al pasado que ya se daba por cerrada. Además, se ha inspirado a todas las generaciones de exploradores e historiadores a seguir investigando este período de la historia. Esperamos que a través de los recursos visuales del artículo, sea fácil adentrarse en el contexto y la magnitud de este hallazgo histórico, que cautivó a tanta gente hace 102 años.