
20 de octubre. En un día como hoy, pero de 1997, nació en Wandsworth, al suroeste de Londres, Ademola Lookman. Hijo de padres nigerianos, creció en una zona obrera donde el fútbol era más que un juego, era una vía de escape.
La infancia de Lookman: Entre la escasez y el fútbol
Pese a su reciente llegada al estrellato, no siempre fueron buenos tiempos para Ademola: «Vivíamos en una zona desfavorecida de Londres, mi madre realizaba trabajos precarios. Era difícil porque la nevera siempre estaba vacía y a menudo tenía que ir a comer a casa de amigos» comentaba el deportista nigeriano en una entrevista.
De la promesa a la incertidumbre: El recorrido de Lookman por Europa antes de explotar
Su camino hacia la élite no fue ni rápido ni sencillo. A diferencia de otras jóvenes promesas que crecen en canteras conocidas y de gran reputación, Ademola comenzó jugando en ligas juveniles semiprofesionales mientras estudiaba. Fue en el Charlton Athletic donde su talento llamó la atención, debutando con el primer equipo en 2015. Apenas un año después, el Everton lo fichó por 9 millones de euros, y ahí comenzaría una etapa muy irregular por parte del extremo.
En la Premier League, Lookman mostró destellos de calidad, pero también una falta de continuidad. Fue cedido al RB Leipzig, donde brilló brevemente, para luego volver a Inglaterra sin encontrar estabilidad, pasando por equipos como Fulham y Leicester City. Durante este tiempo, fue criticado por errores individuales, siendo especialmente recordado un penalti fallado a lo “Panenka” en el último minuto de un partido importante ante el West Ham y parecía destinado a convertirse en una eterna promesa.
Sin embargo, el verdadero punto de inflexión llegó en 2022, cuando fichó por la Atalanta. En Italia encontró lo que todo futbolista busca: confianza, minutos y un sistema de juego que potenciaba sus virtudes. Poco a poco, el extremo zurdo fue transformándose en un jugador decisivo, combinando velocidad, regate y una sorprendente eficacia goleadora. Otro actor clave en su crecimiento fue Gian Piero Gasperini, entrenador del conjunto de Bérgamo durante su estancia en Italia.
La decisión de Nigeria: Un giro crucial en la carrera de Lookman
Lookman también experimentó un momento clave en su carrera cuando ese mismo año decidió jugar para la selección de Nigeria. Anteriormente, en 2017, había participado y levantado el Mundial Sub-20 con Inglaterra, pero el nigeriano no recibió la llamada para jugar con la absoluta y se decantó por el conjunto africano.
En el camino hacia la cima, también ha conocido el sabor amargo de la derrota. Un ejemplo claro fue la final de la Copa África 2024. Lookman llegó a la final del torneo continental con la esperanza de levantar el trofeo que tanto anhelaba. El rival en esta ocasión fue Costa de Marfil, un equipo sólido y tácticamente muy preparado, que además era el anfitrión del torneo.
El encuentro terminó 1-2 favorable a los marfileños, que remontaron el 1-0 inicial de Ekong, levantando el trofeo y provocando el punto emocional más bajo de la carrera de Lookman.
Embed from Getty ImagesLookman y la final de su vida: De la duda a la gloria absoluta
Pero nadie, absolutamente nadie, podía anticipar lo que sucedería el 22 de mayo de 2024 en Dublín.
Ese día, la Atalanta se enfrentaba al todopoderoso Bayer Leverkusen en la final de la UEFA Europa League. El equipo alemán llegaba invicto en toda la temporada, con una racha de más de 50 partidos sin perder. Era el favorito indiscutible.
Lo que ocurrió en el Aviva Stadium pasará a la historia: Ademola Lookman firmó un hat-trick perfecto, destrozando cualquier pronóstico y coronando a la Atalanta con su primer título europeo. Fue una actuación histórica, tan solo el segundo hat-trick anotado en una final de Europa League. Cada gol fue una obra de arte: el primero, un remate de pillo tras una jugada colectiva; el segundo, un potente disparo pegado al palo después de un caño; y el tercero, una definición a la escuadra tras una bicicleta preciosa.
Juan Musso, ex-compañero de Lookman, comentó luego de su gran actuación: «Le dije que si metía un gol éramos campeones. Pero metió tres.»
Embed from Getty ImagesEn una noche mágica, Lookman acabó con las voces de su cabeza. Su gesto al final del partido, llevándose las manos al rostro mientras miraba al cielo, resumía todo: el chico de Wandsworth lo había logrado.
Ya no era una promesa ni un jugador errático. Era campeón de Europa. Y no uno más: el hombre que acabó con la racha invencible del Bayer Leverkusen.
Hoy, en su cumpleaños número 28, recordamos su historia no solo como la de un gran futbolista, sino como la de alguien que nunca se rindió. De las calles de Londres al Olimpo del fútbol continental. Ademola Lookman: el héroe inesperado que escribió su nombre en oro.