Con la masificación de la información que permiten los medios, las noticias falsas y los discursos raciales se multiplican y se hace necesario educar mediáticamente a los más pequeños.
La alfabetización mediática ha recibido mucha atención este año debido, en gran parte, a las elecciones presidenciales de Estados Unidos y el posterior foco de atención en el fenómeno de las fake news o noticias falsas. Si bien la alfabetización mediática puede usarse para entrenar a niños (y adultos) para detectar noticias poco fiables, la disciplina es aún más efectiva. Los niños son bombardeados diariamente con mensajes de medios (anuncios, televisión, entornos digitales, libros, etc.) y requieren las herramientas necesarias para darle sentido a todo ello y, en el proceso, convertirse en agentes de cambio.
Según el informe de Common Sense Media, Zero to Eight: Children’s Media Use in America 2013, en los Estados Unidos el 75% de los niños de 0 a 8 años tienen acceso a dispositivos móviles en casa. El porcentaje de España es menor, con el 60% -más de la mitad- de niños de entre 9 y 12 años que acceden diariamente a Internet, según la London School of Economics. En ambos casos, los niños acuden a ver vídeos, televisión, juegos y una variedad de otras actividades digitales.
Ahora observemos lo que están viendo. Según un estudio de Internationales Zentralinstitutfür das Jugend- und Bildungsfernsehen (IZI) en 2008 centrado en la representación de género en la televisión infantil en todo el mundo, había dos veces más personajes masculinos que personajes femeninos. El mismo estudio también encontró que el 72% de los personajes eran blancos y los caracteres de color se muestran a menudo como parte de un equipo, y no como individuos. Los niños, sin importar la raza, se representan generalmente como atrevidos, más elegantes que los adultos, y molestos.
¿Cómo podemos empoderar a nuestros niños para que se conviertan en agentes de cambio social en un ambiente en el que constantemente nos encontramos desprevenidos de mensajes de los medios de comunicación que son desfavorables y poco representativos?
La capacidad de consumir críticamente los medios de comunicación, así como de crearlos, son habilidades esenciales del siglo XXI.
La alfabetización mediática es una parte vital de la justicia social y el trabajo de la diversidad. La capacidad de consumir críticamente los medios de comunicación, así como de crearlos, son habilidades esenciales del siglo XXI, los niños necesitan entrenarse. A través de la alfabetización mediática, se pueden deconstruir y desmantelar mensajes sexistas, racistas y heteronormativos. Podemos separar nuestras identidades de aquellas que los medios tratan de vendernos (es decir, el de ser perfecto, el consumidor, la blancura como norma, etc.). Es posible también descifrar qué noticias e información son confiables y equilibradas en un paisaje mediático lleno de noticias falsas, haciéndonos ciudadanos informados que pueden tomar medidas significativas para un cambio positivo.
Para que los niños desarrollen una identidad positiva, las habilidades requeridas para el s.XXI establecen que deben poder cuestionar los mensajes de los medios de comunicación y saber que pueden reaccionar contra ellos, apartarse de estos discursos y crear sus propios medios de comunicación.
Quizás de este modo algún día aparezca en televisión una película de súper héroe donde el protagonista es una niña negra de 10 años, un anuncio donde un chico blanco está comprando ropa de ballet rosa o un programa de televisión en el que una chica china americana es conocida por evitar que los matones lesionen a otros. Estos son ejemplos reales de los medios de comunicación que niños de 7, 8 y 9 años de edad han creado. Utilizaron sus herramientas de alfabetización mediática de persuasión y tecnologia, saben cómo crear mensajes de medios atractivos que permitan a su público objetivo (otros niños) verse fuera de los estereotipos que normalmente ocupan nuestras pantallas.
Estas prácticas son acertadas para dar a los alumnos el poder de transformar el paisaje mediático en uno que sea poderoso, representativo e inclusivo. Con este tipo de transformación es posible abordar temas de justicia social de una manera poderosa. La alfabetización mediática puede ser, pues, una herramienta fundamental para un cambio social positivo.