Back-to-black: el fenómeno Obama se repite con Harris

Julia Llanas, David López, Adriana Laguía, Lídia Llamas i Carla Gómez

Fuente: Creative Commons

Un día como hoy, Barack Obama se proclamaba el primer presidente afroamericano de los Estados Unidos, con el 52,93% de los votos. Este hecho supuso un antes y un después en el país y, en concreto, en la población afroamericana. Dieciséis años más tarde, la lucha para combatir la racialización no ha terminado y a América le queda un largo camino por recorrer.

Hoy, 4 de noviembre de 2024, nos encontramos a tan solo un día de las elecciones de Estados Unidos, donde compiten por la candidatura Donald Trump (del partido republicano) y Kamala Harris (del partido demócrata). El triunfo de Harris supondría igual de transgresor que el de Obama en su momento, no solo para la comunidad afroamericana sino también por la lucha hacia la igualdad de género.

Con Obama al mando, se hicieron muchos avances en términos de la desigualdad racial; como condenar en varias ocasiones la brutalidad policial sobre la comunidad afroamericana, como en el caso de Ferguson el año 2014, la Reforma de la Justicia Penal para reducir las desigualdades raciales en el sistema de la justicia o la creación del programa ‘My Brother’s Keeper’, que brindaba apoyo a los jóvenes de comunidades minoritarias, ayudándolos a acceder a oportunidades educacionales y laborales para su desarrollo personal.

El presidente previo a Obama, George Bush, había recibido algunas acusaciones orientadas a su poca preocupación por la gente negra, así lo declaró el cantante Kanye West en un directo televisivo. En ese contexto, la llegada de Barack al poder supuso una grieta de esperanza para los americanos, después de ocho largos años del mandato anterior.

Según datos recopilados sobre los votantes de las elecciones estadounidenses del 2008, el 95% de los afroamericanos que votaron eran demócratas y apoyaron a Obama. En cuanto a la brecha de género, se destaca que el 53% de los votantes eran mujeres, y el otro 47% restante hombres. La población blanca representó el 74% de los votantes, y respecto a esa cifra, el 55% de ellos votaron al partido republicano. 

La problemática de hoy en día no está tan alejada de la de entonces, y es que al igual que George Bush, Donald Trump también ha recibido varias críticas por intolerancia y por tener connotaciones racistas en algunos de sus discursos. Algunos de los más relevantes a destacar podrían ser el discurso sobre los inmigrantes mejicanos que dio en 2015, cuando describió a algunos de ellos como violadores y criminales; también en 2018, cuando se refirió a los países africanos y Haití como «países de mierda» («shithole countries») o con la implementación de la política de separación familiar.

El discurso de Kamala Harris es rompedor y progresista, y promete una era de luz, de inclusión, justicia social, una política exterior orientada a la diplomacia y el multilateralismo y alcanzar la igualdad en muchos ámbitos sociales. Supondría un avance hacia un futuro mejor, después de un claro retroceso en el mandato de Donald Trump y Joe Biden. Mañana se revelarán los resultados después de una campaña intensa, y se descubrirá si los Estados Unidos avanzará haca un país con menos discriminación racial o si se mantendrán los mismo patrones establecidos hasta el momento.

Fuente: Creative Commons
Barack Obama y Kamalah Harris. Creative Commons.

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