Fleming y la penicilina: 77 años combatiendo enfermedades

Fuente: Picryl

En 1945, el padre de la medicina moderna recibió el premio Nobel por su descubrimiento

Autores: Adrià Garnica, David Muñoz, Araceli Florit, Andrea Fajardo, Raquel Merino, Claudia Menino

Un día como hoy, en 1945, Alexander Fleming obtuvo el premio Nobel por el descubrimiento de la penicilina y su efecto curativo en multitud de enfermedades infecciosas. Este reconocimiento fue compartido con otros dos compañeros de profesión, aunque menos recordados por la historia: Ernst Boris Chain y Howard Walter Florey

El científico escocés hizo este descubrimiento por accidente en 1928 mientras estaba estudiando las propiedades del Staphylococcus, un tipo de bacterias que se encuentran en la piel y la mucosa humana y causa enfermedades como la diarrea, vómitos y náuseas, entre otras. Durante uno de estos estudios, Fleming puso un tipo de bacterias sobre unas placas para analizar su comportamiento. El estudio quedó parado porque decidió irse de vacaciones con su familia durante todo un mes y, cuando regresó, se encontró con algo que no esperaba: una de las placas estaba contaminada por un hongo. El ganador del Nobel cultivó estos hongos y descubrió que producían una sustancia que inducía la muerte de varias bacterias asociadas a enfermedades. Multitud de bacterias –como las causantes de neumonía, escarlatina, meningitis, gonorrea y difteria– eran afectadas por este hongo. 

El trabajo, publicado en el British Journal of Experimental Pathology, tuvo poca repercusión. Sin embargo, el científico decidió seguir adelante con su investigación, aunque el cultivo de Penicillium, el hongo que da nombre a la penicilina, era complicado. Aislar el agente antibiótico no era nada sencillo. De manera que, al ser poco probable producirlo en gran escala, creyó que no se podría convertir en un medicamento efectivo. El antibiótico despertó el interés de los investigadores estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, quienes intentaban emular la medicina militar alemana la cual disponía de las sulfamidas, una sustancia química sintética. En esa misma época, los químicos Ernst Boris Chain y Howard Walter Florey estaban desarrollando en Inglaterra un método de purificación de la penicilina. Esto permitió su síntesis y distribución comercial para el resto de la población. Ambos investigadores tuvieron que acudir a Estados Unidos a poner en marcha plantas de producción dedicadas exclusivamente a la penicilina, puesto que Inglaterra tenía sus infraestructuras industriales dedicadas a las necesidades de la guerra. 


A modo de reconocimiento por sus investigaciones fue nombrado Sir por el rey Jorge VI en 1944, recibió el Nobel de Medicina en 1945 y fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio en 1948 y la Gran Cruz de la Legión de Honor de la República Francesa, entre otras. El padre de la penicilina falleció el 11 de marzo de 1955 en su casa, tras un infarto agudo de miocardio. De manera póstuma, la revista Time lo nombró “una de las 100 personas más importantes del siglo XX.”

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