El líder de ‘Sopa de cabra’ reflexiona junto a la periodista Gemma Ventura sobre la importancia del periodismo, de escribir y transgredir lo que está escrito
David Alloza, Daniel Esclusa, Iván Expósito, Daniel Aragón, Laura Correa
Gerard Quintana empezó la carrera de periodismo en la Universitat Autònoma de Barcelona, pero a los dos años decidió optar por otro camino. “Escogí periodismo porque quería escribir, pero la vida me llevó a escribir canciones, no noticias o libros”. Quintana, antes los estudiantes de la misma facultad de la que un día fue alumno, ha afirmado que esa pasión por la escritura le nace al crecer entre libros, ya que pasaba muchas horas en la librería que regentaba su tío en su ciudad natal: Girona.
El músico ha asegurado que fue a partir de estar en una casa okupa donde se desarrolló su interés por la música y fue, precisamente ahí, donde fundó la popular banda de rock catalán ‘Sopa de cabra’. “Intentábamos dar un punto de vista más underground de una Girona que todavía era de conventos y curas”.
La periodista Gemma Ventura ha indagado más en los intereses periodísticos de Quintana, quien ha afirmado que “no hay una sola verdad” y que “más allá de la verdad está la honestidad”. El músico de Girona ha explicado que en la casa okupa también editó fanzines en la que colaboraban personas de perfiles muy diferentes. “Nos enviaban artículos desde la cárcel”.
Gerard Quintana ha defendido también el papel de los “intrusos” porque cree que las personas autodidactas son “muy brillantes y únicos” y considera absurdo ser academicista cuando hay géneros como el flamenco que “no vienen de escuela, vienen de familia”. El músico cree que desde los años 50 se ha producido una “democratización” de la música y la digitalización ha permitido que cualquiera pueda crear canciones. Si bien es escéptico por la “rapidez” en la que se produce música en la actualidad, considera que “el mejor juez es el tiempo y si han pasado veinte, cincuenta o doscientos años y tu música tiene valor es porque ha sido un éxito”.