Mayte Carrasco, Ricard García y Patricia Simón. Fuente de elaboración propia

Por: Claudia Arjona, Núria Bisbal, Tito Cortés, Clara Dalmau y Sonia Fernández

¿Qué es el miedo? Para muchas personas, puede ser la incertidumbre del futuro, las inseguridades físicas, reencontrarse con alguien que nos ha hecho daño o volver a una situación que nos traicionó. En el periodismo, el miedo es uno de los sentimientos más presentes, especialmente en los reporteros bélicos

La periodista Patricia Simón (Estepona, 1983) siente miedo por la manipulación mediática en nuestra sociedad actual. “Hemos pasado de la era del miedo a la era de la desinformación. No ha sido un fenómeno natural, sino fruto de políticas del miedo. No se habría generado tanto odio si no fuera por los medios de comunicación. El miedo es muy fácil para enfrentarnos entre nosotros.”

Simón, junto a los periodistas Mayte Carrasco (Terrassa, 1974) y Ricard García (Barcelona, 1971), conforma un grupo de profesionales que ha vivido las principales guerras contemporáneas como el conflicto de Mali, la Guerra de Siria, las Primaveras Árabes y la guerra de Ucrania. Los tres profesionales reflexionan en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias de la Comunicación sobre los desafíos actuales del periodismo. Y del miedo. Sobre todo del miedo.

“El conflicto forma parte de nosotros, a lo largo de la vida vas encontrando trincheras. He pasado más miedo aquí que en la guerra”, relata Carrasco. La autora del libro Cómo superar el miedo en todas las trincheras de la vida  (Editorial Espasa, 2024) vive el miedo como un mecanismo de motivación. “Para mí, el miedo era la motivación de denunciar lo que estaba pasando en las guerras. El miedo es controlable si tienes un objetivo detrás.” 

Ricard García sufrió el miedo del cautiverio durante seis meses. El fotoperiodista fue secuestrado por el Estado Islámico en 2013 durante la Guerra de Siria. Sin embargo, en 2018 regresó al país para fotografiar a los yihadistas que lo habían secuestrado. “Una fotografía al final tiene que tener tres elementos: la composición, la emoción y la información. Todo esto hace que quede grabada en el espectador.”

Cómo narrar desde el dolor y el miedo

Desde el inicio de la guerra civil en Siria, al menos 613.000 personas han muerto. Entre ellos, 35.546 niños eran niños. Mayte Carrasco vio cómo mataban y enterraban a ocho de estos niños. “Mi humanidad está por delante de mi profesión. No hace falta ser activista, sino un ser humano para ver un niño morir y decir que no es justo. ¿Cómo se puede decir que es defensa propia matar a niños?”

Los nuevos formatos narrativos, como los pódcasts o las series documentales, apuestan por maneras alternativas de explicar el dolor. Aun así, cada formato debe tener presente la humanidad de la persona. En especial, los sentimientos de los más afectados. Ricard García valora que “estamos tratando con su dolor, en vez de con el nuestro. Siempre me pregunto si fuera yo, cómo me gustaría que me viera mi familia.” 

¿Nuestro dolor es equiparable al de nuestros testimonios? El ponente critica una doble moralidad con “nuestros muertos y sus muertos. No tenemos ningún problema en ponerle cara al pequeño Aylan en la playa, pero sí con nuestras víctimas de las Ramblas de Barcelona. Solo tenemos un problema cuando nos interpela el dolor directamente.”

“El periodismo funciona porque tenemos empatía, es un valor fundamental para entender la humanidad. No es un valor añadido porque se da por hecho. A la hora de elaborar nuestra información, tenemos que aplicar el marco de la legalidad internacional. En contextos de impunidad, aportar testimonios es fundamental para defender la verdad y hacer justicia por las víctimas,” argumenta Patricia Simón. 

Más allá de nuestras trincheras

Los tres periodistas han podido trabajar en la región del Sahel, una de las zonas de África más afectadas por la expansión del terrorismo yihadista, el cambio climático, la inestabilidad política y la precariedad económica. Desde la retirada francesa de la misión de Mali a mediados de este año, el país vive una doble realidad para hacer frente a la ocupación de las tropas francesas.

“Cuando viajas a Mali o Mozambique, te das cuenta de que el país está lleno de banderas de Rusia», relata Patricia Simón. “En este contexto de vulnerabilidad, los jóvenes pueden ser reclutados y muchos de ellos se unen a los grupos yihadistas por supervivencia económica. Desde Occidente no nos damos cuenta de que un mundo desigual es más injusto porque las personas luchan más por sobrevivir.”

Por una parte, el aumento de las desigualdades provoca un ambiente de crisis económica y social. Ricard García destaca el posicionamiento de los comunicadores con los problemas del Sahel. “Como periodistas, nuestro fin máximo es conseguir esa información, aunque sea dolorosa, para que la sociedad tenga acceso. De esta forma, podemos reaccionar al respecto y tomar medidas.” 

Mayte Carrasco, por otra parte, expresa el papel de los ciudadanos, quienes viven las consecuencias de las tropas militares. “Desde Estados Unidos y Europa no se quiere negociar con el apodado eje del mal, Irán y Rusia, incluso cuando los terroristas son nuestros vecinos. No se está contando el origen de la crisis climática ni por qué se están viviendo estas desigualdades. Las voces que sufren las decisiones políticas deberían ser el epicentro de nuestra atención.”

Como consecuencia, la política ha evolucionado al silencio de los afectados. Patricia Simón recoge que “las poblaciones locales están cansadas del colonialismo francés que ha alentado esta violencia por culpa de sus intereses por mantenerse en la región. Otra lectura es dejar de entrevistar lo que ya sabemos, nuestra perspectiva, para centrarnos en las víctimas. La aproximación al criminal se ha perdido y la radicalización política hace que no entendamos su lugar.”

Combatir el miedo informativo

En 2023, la mayoría de los países europeos, como España, convocaron elecciones generales. Según la clasificación mundial de Reporteros sin Fronteras (RSF), los españoles aumentaron su desconfianza en los medios de comunicación. La gran polarización política de los medios, el exceso de información política y las fake news son los principales motivos para dejar de informarse. De hecho, una de cada tres personas evita leer noticias en nuestro país. 

Patricia Simón se cuestiona a quién benefician los discursos de odio. “Vivimos en el momento con mejor calidad del periodismo, gracias a la defensa de los derechos humanos. Vivimos mejor siendo mujeres, personas racializadas o personas LGTBIQ+. Es absolutamente fundamental identificar a aquellos que usan el marco de los derechos humanos para dar voz a sus discursos de odio.”

El gran reto recae en recuperar la confianza de los lectores, sobre todo en las noticias políticas. “Cada vez hay más personas que no se informan activamente porque sienten frustración e impotencia porque ellos no pueden hacer nada. El periodismo es el pilar de la sociedad porque nos permite tomar acciones. Nuestra información tiene que ser rigurosa y honesta”, complementa Mayte Carrasco. 

Ambas periodistas concuerdan en las dificultades de llevar a cabo la profesión en un contexto de geopolítica conflictivo. Mayte Carrasco recuerda el miedo al futuro. “Estamos en un momento de grandes cambios con la inteligencia artificial, los robots, la gobernanza de los señores de la elite y un nuevo modelo de estados-nación. Desde Europa, nos sentimos perdidos porque no sabemos separar el amor a la profesión y nuestro humanismo con el miedo al cambio.”

Cómo afrontar el miedo

Ya sea desde España o el extranjero, los periodistas se enfrentan a miedos como la desinformación, la manipulación mediática y la polarización política. Mayte Carrasco, Ricard García y Patricia Simón concuerdan en que son unos privilegiados por trabajar como periodistas. A pesar de las trincheras que deben superar día tras día, la esperanza de mejorar la sociedad a través de sus historias es una motivación todavía mayor, incluso más fuerte que cualquier miedo. 

Patricia Simón resume a la perfección este sentimiento. “Nuestro trabajo nos da el espejismo de que estamos haciendo un cambio y somos muy conscientes de que es un privilegio poder acercarnos a diferentes contextos. De estas relaciones, salen experiencias muy enriquecedoras y dentro del odio, también hay muestras de humanidad. Conocerás a gente maravillosa, no solo simples personas. Por eso, cuando te acercas al dolor, te sientes muy privilegiada.” Porque el dolor y el miedo no son mecanismos para rendirnos, sino un privilegio y la inspiración para poder convertirnos en futuros periodistas.

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