“Érase una vez” así comienza Rosa Maria Calaf para contar el inicio de sus viajes. Tras ser corresponsal en varios sitios del planeta, cuenta cómo ha sido una de las primeras mujeres periodistas en contar, sin tapujos, todo aquello que se vive en los viajes.
Este año recibe el Premio Ítaca por su larga trayectoria como periodista en grandes medios como Radio Televisión Española o TV3.
“No para de recibir premios, es el reconocimiento de una trayectoria singular” como bien afirma Enric Marín, decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación. Calaf cuenta con más de 35 reconocimientos: el Premio Ondas a la mejor labor profesional en el año 2001, el Premio club internacional de Prensa a la mejor labor en el extranjero en 2006, el Premio “toda una vida” otorgado por la Academia de la Televisión en España en reconocimiento a su larga carrera como profesional en el año 2007, entre otros muchos premios.
La España oscura de los 50 le ayudó a aprender a saber quién quería ser. Su familia le ayudó a ponerse en ruta y le enseñó que a partir de los viajes se puede aprender.
Primero hizo Derecho y después Periodismo. Su vida ha sido una aventura desde que empezó haciendo autostop en Europa en los años 70. Su primer viaje fue en una caravana de repartir leche desde Barcelona a Cabo. Un auténtico viaje que no podría hacerse hoy en día.
Anna Bosch y Ramón Pazos le han dedicado algunas palabras alabando su gran labor como periodista y destacando su mechón de pelo plateado que rompe con su melena roja, una característica que define la imagen de Calaf, una trotamundos rompedora que no para de viajar y escribir allá donde va.