Hoy hablamos con Lluís Muñoz Pandiella, ex alumno de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UAB y actual redactor de France 24 en Bogotá, Colombia. Además, trabaja ocasionalmente como corresponsal para El Periódico. El comunicador y viajero catalán nos hablará sobre los retos del periodismo freelance, los peligros de ser periodista en Colombia y, además, nos dará consejos para futuros periodistas viajeros.
Suele hablarse del periodismo como una profesión que debe ejercerse “de vocación”. A tu juicio, ¿crees que puede ejercerse sin esta pasión?
Sí. Pero permitidme que añada un valor que va antes incluso que la pasión. Y ese consiste en ser buena persona. El reporterismo muchas veces traspasa la frontera de la intimidad, entrando en la vida de personas que viven situaciones limite. No vale todo, hay que respetar la integridad del otro y, desde ese respeto y mimo, aparecerá la sensibilidad suficiente para transmitir lo que uno desea.
Respecto a la pasión, sí, es evidente… Cuando hago turnos de redacción hay un horario en el que empezamos a las 4AM… Y, sí, muchos días, al sonar la alarma a las 3AM, me he mirado al espejo y he pensado que sí, que mucho me gusta. Sin embargo, no puedo dejar de decir que viviendo en Colombia, a pesar del horario, mi condición es de privilegio.
Estudiaste en la Autónoma, pero decidiste empezar una nueva vida en Colombia, ¿que te movió a ello?
Cuando terminé la carrera empecé a trabajar como freelance en El Periódico en la sección de Monográficos. Allí hacía principalmente temas de Branded Content y, aunque no es la esencia del periodismo, la verdad tuve la oportunidad de trabajar en un equipo que fue una auténtica escuela de Periodismo. Después de 5 años en esa situación, muchas veces rodeada de precariedad, se dieron unas circunstancias que me hicieron dar el paso a venir a Colombia.
“A pesar de trabajar en un medio internacional, hay muchas diferencias culturales evidentes”
¿Encuentras diferencias respecto al ejercicio de la profesión entre Colombia y España? Si es así, ¿cuales son?
A pesar de trabajar en un medio internacional, hay diferencias culturales evidentes, entre las distintas nacionalidades que formamos el canal. También, comparando mi experiencia en prensa con la televisión… En France24 hay mucha más dedicación a la presencia en cámara que no tanto a la redacción escrita; también, la entonación a la hora de locutar, en España somos mucho más neutros y en América Latina se prima una entonación más marcada; además de las diferencias en la relación con el jefe, la reivindicación de derechos, de remuneración económica así como en las relacionas interlaborales…. Donde se sienten las diferencias culturales y económicas.
¿Es difícil hacerse un hueco en el mundo del periodismo en el extranjero?
Es relativo: creo que hay un gran componente de suerte, más allá del talento o el esfuerzo que pueda tener cada uno. Yo llegué a un país donde había un proyecto joven de periodismo internacional y donde además tenía una compañera, Janira Gómez, que estudió en mí misma generación, periodismo en la UAB. Son factores que, en mi caso, me facilitaron abrirme ese hueco.
“Desde 1977, 159 periodistas han sido asesinados en Colombia”
¿A qué peligros o retos puede enfrentarse un periodista o comunicador en Colombia?
Peligros hay muchos. En 2019, 85 periodistas fueron amenazados de muerte. Desde 1977, 159 periodistas han sido asesinados en Colombia. Son datos preocupantes, sin embargo, en mi caso debo decir que al estar en un medio internacional francés, tratando temas de todo el mundo, no tenemos el mismo riesgo que periodistas locales y de investigación que se acercan y denuncian en zonas dominadas por la violencia.
A nivel de retos… Colombia ofrece muchos. Un país con una historia tan complicada, con una guerra que tiene más de 60 años, con actores armados que van desde las guerrillas, los paramilitares, el Estado, las grandes corporaciones y el narcotráfico… Con la extracción de las riquezas naturales, la defensa de los territorios indígenas o el Amazonas… así como ser el segundo país más desigual del mundo.. Son un mosaico de conflictos que siempre resultan un reto para el periodismo.
“no somos héroes, sino que practicamos un oficio antiguo que debe anteponer el servicio público”
¿Y qué es lo más gratificante de esta profesión?
La unión de poder realizar el trabajo que quieres, tener una buena remuneración económica y que lo que haces tenga una impacto social. Más allá del alimento del ego, del que no nos podemos separar cuando vemos publicado nuestro trabajo…Cabe tener un compromiso con la ética, con la verdad y con la conciencia de que no somos héroes, sino que practicamos un oficio, antiguo, que debe anteponer el servicio público y ahí entran todos los colectivos y minorías, fiscalizando siempre al poder y al privilegio, que históricamente dominan la opinión pública.
¿Cuáles son las habilidades esenciales que debe tener un periodista viajero?
Yo he tenido la suerte de poder viajar mucho. Y digo suerte porque para ser un periodista viajero también es necesario un capital económico que no todos los que quieren ser periodistas pueden tener. Más allá de lo material, es necesaria mucha humildad, empatía y bondad…Además de estar dispuesto a cuestionarse de donde se viene, ponerlo en perspectiva y, al final, valorarlo.
¿Podrías contarnos alguna de las experiencias de tu profesión que te hayan marcado más?
Debo decir que, además de la suerte que he tenido en mi carrera y de mi inquietud innata… Quien me alimentó el gusanillo del periodismo humano, internacional y comprometido fue Tahina-Can donde pude ir a 6 expediciones como expedicionario y como monitor. Creo que es un proyecto clave en mi vida y siempre recordaré aquellos viajes como los mejores días de mi vida, en los que he podido conocer a personas que hoy lo son todo para mí. Gracias a Santiago Tejedor y José Manuel Pérez-Tornero por esta iniciativa y todo mi ánimo para que sigan con este proyecto y continúen luchando por él, encontrando becas y que todos los amantes del periodismo puedan disfrutar de esas experiencias.
En Colombia, he podido hacer de corresponsal para El Periódico durante las protestas de noviembre en Bogotá; así como en los últimos meses, haberme podido poner delante de una cámara de France 24, para informar prácticamente de forma semanal, desde marzo, cómo avanza la pandemia en Colombia. Estos meses han dado un vuelco a mi trayectoria, ya que he pasado de hacer solo redacción, a estar en pantalla y además estar haciendo reporterismo.
¿Concibes tu futuro profesional en Colombia o te gustaría ir a otro lugar?
Uno siempre quiere volver a casa algún día… Pero, de momento, la pandemia tampoco me permite moverme. Así que de momento seguiré en Colombia y, quién sabe si en algún momento uno se plantea otro destino para continuar sumando experiencia, que me permita volver a Barcelona y encontrar un empleo digno.
“Los medios priorizan las agencias a contratar a un corresponsal”
¿Como crees que será el futuro de los periodistas que quieran trabajar fuera en un contexto donde ya no se apuesta por el periodismo internacional y “humano”? ¿Es ser freelance la alternativa?
Es cierto que se ha vuelto complicado el periodismo internacional… Los medios priorizan las agencias a contratar a un corresponsal. Ser freelancepuede ser una alternativa… Sin embargo, aunque es posible encontrar colaboraciones, se necesita realizar muchas para poder tener un sueldo digno a final de mes. Sin embargo, estoy convencido que los medios saldrán en algún momento de la crisis, -The New York Times o The Atlantic en Estados Unidos están teniendo muchísimas altas en esta pandemia y no dejan de contratar periodistas-, por lo que tengo la esperanza de que en algún momento los medios vuelvan a apostar por las corresponsalías y el valor añadido, humano y de calidad que estas ofrecen respecto a una agencia.
¿Qué consejos le darías a un joven periodista o comunicador que quiera ejercer este oficio en otro país?
Que aunque la suerte, las conexiones y los privilegios son la clave para poder ejercer este oficio… Si no lo prueba, nunca va a saber cuál es su potencial. Y que, una vez lo consiga, no olvide que más allá del ego que otorga ser periodista internacional, uno no puede olvidar que el periodismo se debe al otro, porque como dijo Levinas, es en la mirada del otro en la que nos encontramos. También le recomendaría que se empape del país al que quiere ir y que sea persistente en sus objetivos.