El lugar de encuentro para personas que llegan con las maletas cargadas de sueños, los que transcurren a través de las arterias que conectan toda la ciudad.
«Me tatué la flor de Barcelona porque era mi sueño venir aquí»
Esas fueron las palabras de Paula, una turista polaca de 30 años, con evidente emoción en sus ojos mientras muestra su nuevo tatuaje frente a la estación de tren de Plaza Cataluña, una de las más concurridas de la ciudad. Aunque admite entre risas haber pagado mucho dinero, considera que es lo mejor que ha sacado del viaje.
El panot de flor- también conocido como flor de Barcelona o rosa de Barcelona- fue el diseño elegido para plasmar el recuerdo de su visita tan deseada a la ciudad. La flor es símbolo de las baldosas utilizadas para pavimentar gran parte de las calzadas por las que transitan día a día barceloneses y personas de todo el mundo.
Es una soleada mañana de miércoles a la salida de la estación ubicada bajo la plaza que lleva el mismo nombre. El movimiento de trenes ha comenzado hace un par de horas y los pasajeros han comenzado a trasladarse comenzando una nueva jornada con sueños por delante.
Junto a Paula está su novio Tandek, de 32 años. Mientras el mayor anhelo de su pareja era conocer Barcelona, el de él siempre fue vivir en una gran ciudad. Tal como él cuenta viene de una de las localidades más pobres de Polonia. Desde que era un niño, su mayor deseo era dejar su pequeño pueblo y trasladarse a una gran ciudad para llevar una mejor vida. Hace tres años, su sueño se hizo realidad y se trasladó a Varsovia, capital del país, donde más tarde conoció a Paula, con quien ahora comparte su vida.
Desde Varsovia viajaron a Barcelona por cuatro días. Tandek compró pasajes para ambos como regalo de cumpleaños. Tal como ella cuenta, la ciudad cumplió con sus expectativas e incluso más.
“La atmósfera aquí, la gente, el sol”, explican, fue lo que los cautivó.
De hecho, confiesan que llegaron a preguntarse si debían radicarse aquí. “Veníamos caminando hacia acá y vimos una oficina con un cartel de arriendo, entonces nos preguntamos: ¿Deberíamos quedarnos?”, cuentan. Ya que ambos trabajan en inglés como analistas de datos en su país natal, la perspectiva de mudarse a Barcelona resulta ser algo realizable.
Tras haber cumplido su tan anhelado deseo de conocer Barcelona, nada parece imposible para ellos. La pareja polaca es tan solo un ejemplo más de todas las personas con sueños que día a día recorren la ciudad.
El corazón de Barcelona
En pleno centro de la ciudad condal se ubica la estación Plaza Cataluña, corazón de gran parte del transporte público que recorre la ciudad. Por aquí transitan las líneas 1 y 3 del metro, así también constituye la cabecera de los Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña que conforman el tramo Barcelona-Vallés. A lo anterior se suman cuatro líneas de cercanías Renfe: R1, R3, R4 y RG1, y una línea de media distancia, la R12.
El tren se ha convertido en uno de los medios de transporte más utilizados, ya sea por quienes están de paso o quienes ya son residentes de la ciudad. Lo anterior se debe a que representa un medio de transporte más útil y barato en comparación a un automóvil, especialmente en un lugar tan concurrido como Barcelona, la segunda ciudad más poblada de España y de la Península Ibérica.
“Me han llamado de una entrevista de trabajo y me han cogido, entonces para celebrar antes de empezar”, cuenta Irene, quien pronto ocupará el cargo de cajera, mientras de fondo se escucha la voz que indica que un nuevo tren ha llegado a la estación.
La joven española se dirige a Campdevànol junto a Neus, su novia desde hace tres años. Además, junto a ellas van también las mascotas de ambas, una perra, quien ya es una acompañante recurrente en sus viajes, y una gata de tan solo siete meses, para esta última es la primera vez.
Junto a las escaleras que conducen a las vías 1 y 2, respectivamente, las cuatro esperan sentadas el momento en el que la pantalla anuncia el arribo del tren que las conducirá a destino. Son alrededor de dos horas de viaje. La instancia es importante para ambas, ya que tras recibir “el paro” por un tiempo, Irene ha sido la primera en encontrar trabajo, mientras que Neus aún está buscando empleo.
“Elegimos el lugar más que nada porque nos gusta la montaña y vimos que se podía llegar en tren, como aquí en Barcelona es muy difícil tener coche, pues dijimos un sitio al que podamos llegar fácilmente”, explican.
El destino final
La pareja española no es la única que coincide con la dificultad que significa tener un auto en Barcelona. Euphorie, originario de Ghana y residente de Barcelona desde hace casi 12 años, explica que: “el tren no es la opción más rápida y me gustaría tener un auto, pero es muy caro y prefiero ahorrar”.
En la estación de Plaza Cataluña- donde se encuentran todos los modos de transporte ferroviario de Barcelona, a excepción del tranvía- se estima que transitan unas 53.000 personas diariamente, siendo la segunda terminal más concurrida de la ciudad después de la Estación de Sants. Algunas de ellas para viajes, otras como parte de su rutina diaria ya sea para estudiar o trabajar. Euphorie es uno de estos últimos.
Euphorie vino a la capital de la provincia de Cataluña en el año 2010 para estudiar y así combinar su pasión por la música con su sueño de ayudar a las personas enfermas. Sin embargo, Barcelona no era su primera opción sino que el Reino Unido, pero, debido a los elevados costos de estudiar allí, optó por realizar su grado en España.
Tras finalizar sus estudios decidió continuar trabajando en Barcelona. Día a día toma el tren y metro para moverse desde Vilafranca a su destino final: Sarriá. Allí se desempeña como psiquiatra en una clínica del sector.
Su primer grado lo hizo en Música en su natal Ghana, sin embargo, pronto notó su cercanía con las personas enfermas y cómo disfrutaba ayudarlas a través de la música. Debido a lo anterior comenzó a buscar nuevas opciones que le permitieran cumplir con su vocación y fue así como finalmente optó por estudiar medicina y posteriormente convertirse en psiquiatra.
Barcelona le ha dado la oportunidad de cumplir su tan anhelado sueño, ya que no ha dejado atrás su pasión por la música y utiliza la musicoterapia para ayudar a los demás. Además, también realiza horas extras después del trabajo y enseña a tocar el piano en una escuela.
La estación de los sueños
Barcelona representa un sinfín de oportunidades, mundialmente conocida como un orbe cosmopolita, muchos ven aquí la ocasión de llevar a cabo sus sueños. Así es como mientras algunos se establecen en la ciudad condal para realizarlos, otros vienen de paso persiguiendo sus pasiones.
Santiago, argentino proveniente de Buenos Aires, se dirige rumbo a la Molina con su hermano Javier. Tras más de un mes recorriendo el viejo continente piensa culminar su viaje haciendo una de las cosas que más le gusta: esquiar. Tal como ellos cuentan es algo que vienen practicando desde pequeños.
París, Bruselas, Brujas, Gante, Amberes, Ámsterdam, Berlín, Florencia, Milán y Roma, fueron los destinos escogidos por Santiago a los cuales llegó a través del tren, por lo mismo en esta oportunidad fue el medio de transporte elegido.
Y mientras ellos esperan sentados en el andén junto a su maleta que llegue el tren correspondiente, una pareja de ingleses recorre la estación un poco desorientada sin saber muy bien que tren tomar, pero con un objetivo muy claro: ver la Fórmula Uno en Montmeló.
Ambos han venido especialmente por el fin de semana para poder asistir a la competencia automovilística. Con gorros y sudaderas que llevan símbolos de la Fórmula Uno, es evidente que ambos son fanáticos y fue su pasión la que los trajo por unos días a Barcelona.
La estación cuenta con pantallas que anuncian las llegadas de los trenes, sin embargo, esto puede ser a veces un poco difícil de entender para algunos turistas. Por lo mismo, en el lugar también existen puntos de información y taquillas en las que se pueden comprar los pasajes y descubrir cómo llegar a destino, fue esta última opción elegida por los ingleses para llegar a su destino a tiempo.
Los trenes de Renfe transitan desde las 5 de la mañana a las 12 de la noche de lunes a jueves, extendiendo su horario los fines de semana hasta las 2 de la mañana. Durante este periodo de tiempo transitan miles de pasajeros diariamente cada uno con su propia historia. Mientras los trenes siguen transitando por las vías, los andenes se mantienen llenos de sueños que siguen haciendo latir el corazón de Barcelona.