El sector de la moda siempre ha sido un mundo de nombres y apellidos. Uno de los modistas que revolucionó los armarios de medio planeta fue el francés Christian Dior. Conocido por impulsar la alta costura durante el siglo XX, Dior retornó el glamour y la feminidad a los vestidores tras la guerra mundial. Su fallecimiento, un 24 de octubre de 1957 en Montecatini Terme, marcó una de las efemérides más importantes del sector de la moda. Así fue la década en la que Dior revolucionó la moda, combinando su visión creativa con la precisión técnica. 

Christian Dior (Normandía, 1905) no tuvo claro que lo suyo era la moda hasta bien entrada su vida adulta. Su creatividad se cosecha durante su infancia, pasando muchos momentos con su madre, que vestía elegantes vestidos, y en el teatro.  

Una vez regresó de París, enviado por su familia con la intención de que se acabase convirtiendo en diplomático, Dior decidió canalizar su espíritu bohemio en la fundación de una galería de arte. Con obras de Picasso o Brackets, la galería cosechó gran éxito, pero la Gran Depresión arruinó a su familia, obligándole a dejar atrás el proyecto.  

Christian, que dibujaba muy bien, comenzó a vender sus ilustraciones a periódicos locales de la zona. Un trabajo que le llevó a conocer al diseñador Lucien Lelong, que le contrató para que realizase ilustraciones de moda en su estudio. Fue entonces cuando descubrió su pasión por la moda. 

Pese a estar en su mejor momento profesional, Dior se vio obligado a abandonar a Lucien para entrar en el servicio militar. No fue hasta 1942 que volvió a París para comenzar el desarrollo de su gran proyecto, centrado en la alta costura.  

Tras cuatro años de mucho trabajo interno, Dior inauguró su propia marca en 1946, revolucionando el sector de la moda. Sus intenciones iban más allá de la creación, buscando un cambio social basado en la creatividad tras la guerra. 

Christian Dior centró su carrera en la feminidad, creando una nueva visión de la misma. El trabajo de Dior enfatizó las características propias del cuerpo femenino, creando moda a partir de la manipulación de nuevas telas, potenciando siempre las siluetas. Christian experimentó y logró dar con un patrón innovador que acabó protagonizando la alta costura del siglo XX.

Diez años después de su éxito, Christian Dior murió súbitamente de un ataque cardíaco, pero su legado no cesó. El primer encargado de substituirlo fue su ayudante Yves Saint Laurent que en ese momento tenía sólo 21 años. Yves mantuvo la elegancia de Dior y le añadió ligereza y un toque de revolución en los años sesenta. Las propuestas innovadoras del joven sucesor se interpretaron como una ofensa nacional y, aprovechando su llamamiento a filas, fue substituido por Marc Bohan que mantuvo casi 30 años de calma y continuismo.  

En 1989 Gianfranco Ferré fue designado director creativo de la firma, el primer italiano al frente de Dior, aportando un toque personal. Casi diez años más tarde, el 1997, John Galliano tomó las riendas de la firma con el objetivo de actualizar el legado de Dior. Después de más de diez años de éxitos, en 2011, lo despidieron por unas declaraciones antisemitas. 

Un año después, Raf Simons, fue nombrado director creativo, que sustentó sus propuestas con la conceptualización y modernización del legado de Dior. En 2015, Simons, no renovó su contrato y seis meses después asumió el cargo la primera mujer directora creativa de Dior: Maria Grazia Chiuri, que sigue delante de la empresa y es una gran referente del feminismo en el mundo de la moda. 

Dior inició una marca que, después de 65 años de su muerte y pasar por tantas manos, continúa desprendiendo su esencia y siendo un referente en la moda y en la revolución.

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