El Mar Menor, la laguna salada más grande de Europa y con un grave problema medioambiental. Hasta el 2016, se caracterizaba por unas aguas cristalinas, sin embargo, esto cambió debido a la mala gestión de la agricultura y a prácticas ilegales. La masificación de agricultura intensiva del Campo de Cartagena ha supuesto que todos los nitratos surgidos de esta acaben siendo vertidos en el Mar Menor.
La gran mayoría del regadío de estos cultivos provienen de desaladoras ilegales vinculadas a pozos temporales de captación de aguas subterráneas. No obstante, según Datadista, estas se pusieron en marcha en 1995, cuando la Confederación Hidrográfica del Segura autorizó una red de salmueroductos que dirigían el agua captada a la desaladora de El Mojón.
Cinco años más tarde, la Confederación dejó de otorgar licencias y de renovarlas, pues el salmueroducto era insuficiente y sus instalaciones se encontraban en mal estado. Por lo que muchos de estos agricultores siguieron utilizando las desaladoras privadas instaladas, de un coste de aproximadamente 40.000 euros.
Actualmente, las autoridades siguen buscando estas desaladoras para su cierre. Sin embargo, muchas están camufladas con imanes que alteran el contador del consumo de agua y enterradas en zulos. Este pasado 2021, el periódico El País publicó el descubrimiento de 60 desaladoras ilegales y 42 pozos.