Genís Solsona, Daniel Teruel, Jannay Valenzuela, Albert Vilar
En los 4 años de mandato del expresidente republicano se contabilizaron 29.508 declaraciones consideradas falsas o engañosas
La desinformación es uno de los principales problemas que ha desarrollado el mundo. La búsqueda de la verdad es un tema que lleva años en una constante polémica. Desde el asesinato de John F. Kennedy, hasta la verdadera identidad de Jack el Destripador son cuestiones en las que el periodismo tiene que entrar para poder ordenar el conocimiento de las masas.
Hoy en día, con el avance vertiginoso e inevitable de las nuevas tecnologías, se ha acentuado este proceso de creación y dispersión de informaciones y noticias. Hasta este punto, todo parece ser beneficioso para una comunicación fácil y esparcida. El problema nace cuando el contenido se convierte en desinformación o noticias falsas, las cuales también se engloban dentro de esta cadena comunicativa.
Según una investigación del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT), las noticias falsas se retuitean un 70% más que las ciertas de media. Una de las principales razones de esta increíble expansión son sus títulos llamativos que seducen al lector y lo cautivan para compartirlo. Aun así, los datos demuestran la dificultad del buen oficio del periodista.
La RAE define desinformar como dar información intencionadamente manipulada al servicio de ciertos fines. La importancia del concepto es directamente proporcional a los seguidores de cada cuenta que publican las noticias. Desde luego, es mucho más difícil la difusión de fakenews mediante una cuenta con pocos seguidores. El problema es cuando las realiza y certifica, a conciencia, un alto mandato a nivel mundial.
Según The Washington Post, el auge de la era de la desinformación en las redes sociales, como Twitter, se produjo durante el mandato de Donald Trump como presidente americano. Inmigración, política exterior o la pandemia de COVID-19 son algunos de los temas donde más declaraciones erróneas o falsas se han contabilizado. Una presidencia marcada más por las ‘fake news’ que por su buena gobernanza política y toma de decisiones al frente de la Casa Blanca.
Los datos recogidos por el diario americano son transparentes y nos sitúan delante del espejo de una problemática con una capacidad dañina enorme. Desde la toma de posesión del ahora ex presidente republicano, el día 20 de enero de 2017, hasta el último día registrado, el 12 de enero de 2021, el contador finalizó en 29.508 declaraciones consideradas falsas o engañosas en un total de 1.386 días en el cargo. Es decir, un promedio superior a 20 informaciones al día.
Centralizando la atención en el foco mediático de las elecciones presidenciales encontramos tres etapas donde se observan claras diferencias en el número de publicaciones. La primera; después de tomar el cargo ya había dado 13 declaraciones falsas o engañosas. La segunda; se encuentra en la selección del nuevo presidente, donde la cifra ascendía hasta las 29.477. La tercera y última, es posterior a la victoria de Joe Biden, donde el número baja considerablemente a 504.
El tema que destaca por encima del resto es la inmigración, con unas cifras superiores a tres mil mentiras en cuatro años. De cerca le siguen otras cuestiones relevantes como son la política exterior y el comercio. Además, su notoria inclinación por la pandemia ha conseguido aumentar a 2.500 mentiras en este último año. De forma secundaria, aparecen las elecciones y la economía, que también ha centralizado parte de sus ‘fakes’ a lo largo del mandato.
Sus declaraciones han sido desmentidas por diversas fuentes oficiales. Desde la vez que afirmó que el crimen en Alemania había aumentado un 10% debido a la inmigración aunque los últimos datos publicados por el gobierno alemán decían que había descendido, hasta la vez que Twitter implementó una etiqueta sobre la fiabilidad de los votos por correo en un tweet del ex presidente americano dónde decía que estas mismas papeletas serían falsificadas, impresas y firmadas de manera fraudulenta. Medios, empresas y gobiernos han desmentido en muchas ocasiones declaraciones que hacía el expresidente americano durante su mandato.
Fuente: @realDonaldTrump (Twitter)
Es evidente que la relación de Donald Trump con los medios nunca ha sido buena, ya que él siempre ha considerado que son los medios los que realizan estas “fake news”. Diarios como el The Guardian han desmentido muchas de sus afirmaciones acerca de la inmigración, actos que el presidente considera “informaciones falsas” e incluso ha llegado a acusar a medios como la CNN de ser “una fábrica de notícias falsas”. El expresidente republicano mantuvo una tensa relación con la prensa durante todo su mandato que se sigue alargando a día de hoy en su candidatura a las próximas elecciones.
Para representar el poder de estas “fake news” que Trump compartía en sus redes sociales y en los mítines políticos que ha realizado antes, durante y posteriormente de su mandato, hemos creado este juego que muestra el poder de manipulación y la aparente veracidad que tienen estas declaraciones que, sustancialmente, están basadas en hechos falsos.
¿VERDAD O ‘TRUMPA’?
El día a día de nuestras búsquedas «online» está repleto de desinformación. Según Eurobarómetro, más del 80% de los españoles se topan frecuentemente con una fake news. Si tenemos en cuenta que según este mismo informe el 40% de las personas no las identifica, nos encontramos con un problema social grave y parece ser una preocupación invisible para los gobiernos y las propias redes. A través del siguiente link creamos el reto de aniquilar las noticias falsas. ¿Serás capaz de acabar con todas?