Una segunda vida para los libros que pasan de mano en mano a un precio asequible para todos

Texto por Ángela M. Peralta

Fotografías por Karina Jácome

Vídeo por Ángela M. Peralta

Infografía por Angie K. Peña

Las librerías son un lugar en donde nuestra imaginación se sentirá seducida por infinidad de historias y nuestra curiosidad será despertada por un derroche de conocimientos. En estos templos sagrados en los que se rinde homenaje a la cultura, nos adentramos en busca de encontrar un libro que nos haga escapar de nuestra rutina, al menos durante unos minutos, a través de sus páginas.

Fotografía por Karina Jácome: Las tres R se transforman: Reducir, Reusar y leer. Una opción que ayuda a reducir el consumo y ofrece una segunda oportunidad a los libros.

Entre las novelas puedes elegir entre fantasía, romance, crimen. Los que se sientan más melancólicos encontrarán un poema que sirva de morfina para su nostalgia, o de éxtasis para su euforia. Los lectores que quieran nutrirse de sabiduría encontrarán ensayos científicos y libros históricos, y los que quieran aprender un idioma o están planificando una aventura, podrán comprar una libreta de ejercicios o una guía de viajes. Otros, se pasan a ojear la sección de psicología y autoayuda, quizás con las esperanzas de encontrar el secreto de la felicidad o como sustituto a una terapia profesional. Por último nos encontramos obras gráficas, en su pluralidad para los pequeños o adolescentes, pero también hay cómics hechos para los mayores.

En las librerías, la vista no es el único sentido que utilizamos, porque los libros no solo se leen, sino que se puede percibir su antigüedad mediante el tacto, y el olor de sus páginas supone un placer adictivo para muchos. Es cierto que las personas a veces entramos en las librerías a vivir una experiencia que nos de una dosis de alegría en medio de un día ocupado, por ejemplo mientras hacemos tiempo a la hora de la comida en el trabajo, o mientras esperamos un amigo. Sabemos que es un espacio que nos acogerá y acelerará las agujas del reloj, donde podremos descubrir nuevos mundos, y personajes, o reencontrarnos con los que ya conocemos.

EL PAPEL QUE PROTAGONIZAN LOS LIBROS EN SANT JORDI

Durante el mes de abril es especialmente recomendable pasear por las librerías de la ciudad de Barcelona, porque todas guardan con expectativa la llegada de la celebración de Sant Jordi, el día 23. En este día se celebra al patrón de la ciudad, cuya leyenda mantiene su popularidad entre los locales, pero también es el día del libro, y se es tradición regalar uno junto a una rosa. Por tanto, este mes es tan especial para la cultura catalana y como para los libreros, que solían facturar una media de más de 20 millones de euros cada año en este día, según los medios de comunicación – EFE, La Vanguardia, El País, entre otros – durante los últimos años previos a la pandemia. En 2022, después de dos años de restricciones, las librerías volverán a tomar las calles barcelonesas.

Fotografía por Karina Jácome: Los libros de segunda mando abarcan múltiples temáticas para todos los gustos. Un estantería atractiva a la vista de los clientes.

LA REVOLUCIÓN DE LOS LIBROS DE SEGUNDA MANO

La venta de libros de segunda mano no es algo novedoso, pero en los últimos años nos cruzamos con más librerías que venden solamente este tipo de productos. Re-Read es una cadena de librerías de este tipo, que tiene una o varias tiendas en casi todas las provincias de España. Esta franquicia cuenta con más de 54 librerías repartidas entre 36 ciudades que vendió más de 1.8 millones de libros durante 2021, según datos extraídos de su página oficial. Venden un libro por tres euros, dos por cinco y cinco por diez, cantidad a partir de la cual todos los libros valen dos euros. Visitamos los locales en la calle Muntaner y en el paseo Sant Joan en Barcelona, para entender cómo son las personas que compran en estas librerías y por qué lo eligen.

Adela es una profesora de literatura de origen francés que está buscando en una de las estanterías donde se pueden encontrar libros en su idioma. “En mi país compro libros de segunda mano a menudo. Cuando voy caminando y veo un sitio como este siempre entro.” A si prefiere o no libros de segunda mano a libros nuevos, contesta con un rotundo “sí”, y explica que “no es por el dinero”. Dice que es por qué “es una manera de ver lo que la gente ha leído antes” y que también le encanta leer libros prestados por otras personas. “No es una selección oficial, es una selección de las personas. Es diferente.” Dice Adela para describir los ejemplares que uno puede encontrar en estas tiendas. En respecto a la sostenibilidad, la profesora comenta que hay que también donar los libros en vez de acumular tantos en casa.

Vídeo por Ángela M. Peralta

Gracias a la primera entrevista caemos ante un atractivo que no habíamos contemplado al inicio, la huella personal que trae consigo cada libro que ya ha sido usado. Para Adela lo que convierten estos ejemplares en únicos son las anotaciones, los subrayados y las dedicatorias en sus páginas, y el bajo coste económico y medioambiental son solo ventajas añadidas.

Por otro lado, conocemos a Sonia, una estudiante de periodismo que escoge comprar libros second-hand principalmente por el ahorro económico: “como leo mucho no tengo presupuesto para todo”. Agrega que las novedades que le interesan y los ejemplares que son para regalar los compra en librerías con formato tradicional o en Amazon. La estudiante le dio una oportunidad al formato digital en su momento, pero resultó ser un fracaso para ella, ya que aunque sean baratos, el papel es su formato preferido. “Yo espero que no mueran [los libros de papel], por qué si no me matan”, dice entre risas.

Explica que al menos una vez al mes hace lo que ella llama una ruta Re-Read, viene en metro desde Badalona y se recorre todas las tiendas de Barcelona. “Voy buscando ejemplares que me faltan de sagas que tengo en casa y si encuentro alguno que no conozca, pero me llame la atención también me lo llevo.” La estudiante es una amante de las historias de fantasía y romance que puede llegar a leer 50 libros al año. “No me gusta mucho que estén subrayados, pero a veces resulta curioso porque sabes que la persona anterior que lo ha leído se ha fijado en esa parte en la que tú a lo mejor no te hubieras fijado.” Aunque como a Adela, a Sonia no le gustan las marcas que dejaron los anteriores lectores en sus libros, reconoce que esas anotaciones pueden significar una lectura enriquecida por otra perspectiva.

Las opciones de librerías de segunda mano en Barcelona

Infografía por Angie K. Peña

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